Socialismo y liberación nacional. "Si hay que discutir todo eso, me doy por invitado"

"Este gobierno es de izquierda y Astori hace política de izquierda"

Los días 12 y 13 de abril Corriente de Acción y Pensamiento- Libertad realizará su congreso, para definir sus aportes al rumbo de la izquierda. El «Ñato» asegura un debate abierto ante la prensa, que seguramente muestre las diferencias con otras corrientes del MPP. Va un adelanto.

 

­Como ciudadano, como hombre de izquierda, al cumplirse tres años del gobierno progresista, ¿qué siente que le está faltando al gobierno del presidente Tabaré Vázquez?

­Nunca vamos a estar conformes. Nunca. Pero teniendo en cuenta las posibilidades, la realidad, en estos tres años que se están cumpliendo en estas horas, estoy conforme. Me siento satisfecho del trabajo que los compañeros han realizado.

Si nos hubiéramos equivocado, cometido garrafales errores, la gente no nos trataría con cariño cuando se encuentra con nosotros en la calle. Hoy la gente nos estaría tirando piedras y eso no ocurrió. Nos dice que no aflojemos.

Es verdad que nos falta, que tenemos que hacer muchas cosas más. Se necesita un poco más de tiempo, hay que afinar el programa para los próximos siete años. Mi balance general es positivo, pero nunca voy a estar conforme.

 

­Hay gente en la izquierda a la cual le pasó como aquel paisano que conoció a una amiga por una foto en una web y se enamoró, pero después de que la conoció vio que a la muchacha le faltaba algo. ¿No hay como una distancia entre los sueños y la realidad?

­Claro, todos nos enamoramos, tenemos ideales, utopías, sueños y nunca la realidad va a ser exactamente igual a esos sueños. Por suerte, porque a la realidad siempre le va a faltar algo y además ella se mueve, algunas veces en contrario. ¿Me lo vas a decir a mí? (se ríe). Es que los demás juegan, también.

Es cierto que tenemos que construir una nueva mística, especialmente para la juventud. Un gobierno es como un juez de fútbol: cuando de él no se habla, es porque hizo un formidable arbitraje. Pero cuando se habla mucho de un juez, es porque fue un desastre.

Un buen gobierno es un cúmulo de cosas desapercibidas, como el librillo que está difundiendo la IMM con realizaciones pequeñas, grandes y medianas, pero que ningún ciudadano está en condiciones de abarcar por completo.

Algo de esto hizo Eduardo Bonomi en la reciente interpelación, mostrando horas y horas de trabajo que no tuvieron eco en los medios de comunicación. Esos son los éxitos del gobierno.

 

­Los viejos comunistas uruguayos decían que después de grandes etapas había que hacer el resumen político. ¿No le falta a la izquierda hacer un resumen de lo realizado?

­Bueno, puede ser, pero hoy tenemos la magnífica oportunidad, casi un año por delante, de hacerlo ante un gran Congreso del FA, que será antes de fines de este año, donde vamos a discutir el programa que se comienza a discutir desde ahora. Vamos a ese debate haciendo futuro, pero también haciendo balance.

Creo que en lugar de discutir tanto sobre candidaturas, hay que debatir sobre ideas, para plantearle al pueblo uruguayo por qué tiene que volver a votarnos. Hay que saber para dónde tenemos que ir. Solo estoy pensando en seis o siete pinceladas, bien discutidas, y algunos importantes detalles, pero no todos los detalles.

 

­Hay gente en el FA que reclama un proyecto de país de izquierda a partir de 2010. ¿Hasta ahora no se aplicó un proyecto de país de izquierda?

­Estoy totalmente convencido de que el gobierno de Tabaré Vázquez es netamente de izquierda. Si tiene tiempo pregúntele a las cámaras empresariales o a los partidos tradicionales, para saber si este gobierno es de izquierda o no.

Cuando yo digo que estoy satisfecho con este gobierno, lo hago desde una perspectiva de izquierda, estoy de acuerdo con un hombre que tiene ideas socialistas (se refiere a Tabaré Vázquez). Hoy hay mucha gente que se dice socialista y no sé qué dice cuando afirma eso, porque hasta Sanguinetti dice que es medio socialista.

Yo la idea del socialismo la expuse, mal o bien, por escrito. Desde esa perspectiva estoy satisfecho. Estamos ante un gobierno de izquierda, marcadamente de izquierda. En tres años no podríamos haber hecho mucho más de lo que hicimos.

 

­Ahora, uno de los actores fundamentales de estos tres años fue el ministro de Economía. ¿Astori está haciendo una política de izquierda?

­No hay la menor duda, Astori está haciendo una política de izquierda. Sí, señor. Fue uno de los actores fundamentales. En la interpelación se encargó de decir, lo que yo digo, el ministro Bonomi, quien recordó que no se estaba solo ante la obra del ministro de Trabajo, cuando habló de los datos positivos en materia laboral, sino de todo el gobierno.

Estos datos positivos no vienen de afuera y muestran que la industria que más creció fue la del mercado interno y creció por el aumento de los salarios y de las jubilaciones. Mientras que la industria que trabaja para la exportación, en términos porcentuales, no creció tanto. La que más creció por lejos, en cifras absolutas, fue la industria que no exporta, la que abasteció al mercado interno y que creó más puestos de trabajo.

Esto sólo tiene una explicación: es la demostración del aumento de la capacidad adquisitiva de los uruguayos. También crecieron los ricos, crecieron todos los hogares uruguayos.

Cuando la interpelación de Luis Alberto Heber a Astori, Danilo dijo que le estaba reprochando los gastos, que van a la gente más humilde. Danilo le explicó que este gobierno no podía hacer otra cosa, porque somos de izquierda. «¿Qué quieren que hagamos?», preguntó. Y si no hubo más gastos sociales no fue por falta de voluntad política, sino por problemas en UTE y en algunos otros lados a causa de la sequía, que nos devoró una gran cantidad de plata que se pudo haber destinado a esos gastos sociales. A pesar de la sequía vamos a cumplir con el 4,5% del PBI para la enseñanza.

 

­Mientras usted dice que este gobierno y Astori son de izquierda, trascendió que en el MPP hay sectores liderados por Julio Marenales que sostienen que le falta «algo» de socialismo al actual proyecto de país del progresismo. ¿Qué se está debatiendo?

­Esas opiniones quiero escucharlas. Quiero escuchar para saber cuál es ese otro programa de izquierda y quiero escuchar cuál es ese otro socialismo o cuál es el socialismo concreto. Sobre esto no he podido discutir con nadie. Todos hablan del socialismo, pero nadie quiere discutir.

En el MPP quisimos hacer un congreso ideológico cuando estaba el PVP, en el año 1991. Yo redacté el documento, que todavía existe y que se llama «Nuestro socialismo». Creamos una comisión, lo recuerdo bien, pero al comienzo fue una cantidad de gente y después no fue nadie. El documento que yo hice fue el único presentado y la única fuerza que lo aprobó fue el PVP (se ríe). Ese documento nunca fue discutido ni en el MLN, ni en el MPP. Ahí está.

Me parece bien que hoy quieran discutir sobre el socialismo, pero es un poco tarde. Algo de esto escribí en la contratapa de LA REPUBLICA. Si quieren discutir sobre el socialismo aquí estoy, pero vamos a discutir en serio.

 

­Lo que está haciendo hoy la izquierda en el gobierno, ¿se aproxima al socialismo o se aleja?

­Se aproxima y desde mi punto de visto eso es indiscutible. Y en algunos aspectos se aproxima muchísimo, especialmente en los aspectos de la descentralización y en el Plan Ceibal. Fundamentalmente en los elementos de descentralización y en la participación de la gente en la toma de decisiones, en la reforma del Estado, en la conquista de gobiernos locales cada vez más poderosos.

También nos acercamos en el desarrollo del Uruguay productivo, porque no concibo el socialismo sobre la base de la miseria. En materia de liberación nacional no la concibo sin una alianza con la burguesía nacional. Si hay que debatir todo esto, me doy por invitado.

 

­Pero este desafío se lo está lanzando a sus pro
pios compañeros del MPP…

– Sí y a todo el resto de la izquierda. Esto lo reclamé en el MLN y es una de las causas por las que pedí licencia.

 

­Ya que está de licencia… En los últimos meses he escuchado decir por parte de algunos de sus compañeros del MLN ­palabra más, palabra menos­, que «ésta es la nuestra», que no pudieron en 1971 pero que ahora le toca a los tupamaros, que es la hora de los tupamaros. Incluso se enojan con José Mujica cuando dice que no va a ser candidato a la Presidencia. Marenales ha dicho a algunos amigos que «el Gordo (por Mujica) no nos puede dejar ahora, cuando es la hora nuestra». ¿Usted siente que el MLN está ante «la nuestra»?

­No, no. Antes de contestar quiero aclarar que una cosa es el MLN y otra cosa son los tupamaros. Yo no le puedo negar el derecho a ningún compañero de aquella época que use ese calificativo, a mi juicio para bien, sea orgánico o no del MLN. En aquella organización el derecho a estar se ganaba de un modo muy concreto. Punto.

Hoy hay muchísimos más tupamaros, acá o en el exterior, que no están en el MLN. Pero resalto que respeto enormemente al MLN orgánico. Yo no me fui. Pedí licencia.

Ahora, de ninguna manera apruebo que se diga o se piense que llegó «la nuestra». Nosotros no somos dueños de nada, ni de nadie. Yo discrepo contra toda concepción que se crea mal vanguardista, que crea que es la dueña de la verdad y la mejor de todas.

El instrumento para construir la liberación nacional es el Frente Amplio y por lo tanto los aliados que tengo en el Frente Amplio son mis compañeros estratégicos (levanta la voz).

No son compañeros de ruta, son compañeros estratégicos, aunque yo discrepe con algunos de ellos en materia ideológica, en torno a la existencia de Dios o no. Son mis compañeros, por un larguísimo tramo histórico, no por tres años. Para mí la palabra compañero es sagrada y mi alianza con ellos es de una lealtad total. No es gente que uso porque me creo mejor que ellos, porque soy vanguardia de no sé qué. Eso le hizo un gigantesco daño a la izquierda uruguaya, un brutal daño.

Cuando oigo eso de que llegó la hora de «la nuestra», se me ponen los pelos de punta. No quiero saber nada con quien siga pensando que las cosas son así, no quiero saber absolutamente nada. Eso es una doctrina contrarrevolucionaria, por más que tenga la mejor intención del mundo, porque impide el avance del proceso revolucionario. Con eso nunca estuve de acuerdo. Cuando redacté en 1964 el programa original del MLN, que lo redacté yo, escribí que el MLN contribuiría a crear la vanguardia. No dije que éramos la vanguardia. Por más votos que tengamos no podemos imponerle nada a nadie.

 

­¿Ni el presidente del FA?

­Nada, a nadie. Hay que tener ideas, razones y convencer en una buena. Y aceptar que a lo mejor estamos equivocados. Es que hay que saber dejarse convencer.

Además de que siempre en la cancha se verán los pingos. Yo soy hincha de Peñarol y con todos los jugadores que trajimos, en teoría, le podíamos hacer seis goles a cualquiera que se nos pusiera en frente. Pero cuando fuimos a la cancha se vieron los pingos.

 

­Por todo esto, cuando haya que elegir un candidato a un cargo importante, no es condición previa que sea tupamaro…

­Por favor, no puede ser así ni cuando se elige un portero. No, no… Es que yo tengo una concepción de liberación nacional que es de frente grande, de frente amplio. No tengo otra.

Entiendo que la soberanía máxima posible para Uruguay es imposible sólo con un partido. Debo trabajar por una alianza política y social, plural, con actores que no son ideológicamente coincidentes conmigo para poder luchar contra los imperialismos, porque no hay uno solo. Hay varios, ¿sabe?

 

«Yo voy a ser libre en el debate»

­En el actual marco mundial, ¿cómo se entiende esa insistencia del MPP a favor de la soberanía, de la liberación nacional? Tengo la impresión de que cuando se habla de soberanía no todos en el MPP entienden lo mismo…

­Quisiera discutirlo…

­¿Tampoco lo dejan discutir eso?

­No pude. Quiero discutir qué se entiende hoy por liberación nacional. La CAP tiene como segundo apellido «Libertad», que está ligado a la idea de liberación nacional para un país como Uruguay, en el marco del mundo actual.

Cuando discuto en el FA sobre energía con mis compañeros de UTE y Ancap, estratégicos y fraternales, pido priorizar, aunque salga más caro, la soberanía: energía eólica, energía con biomasa, con la basura, cualquier cosa menos con el petróleo, porque estoy pensando en términos de liberación nacional. Para mí el costo más grande es el de la dependencia. Si mañana hay una guerra ajena, nos podemos quedar sin petróleo o gas.

 

­¿Esa liberación nacional es con inversión extranjera?

­Seguramente. Tenemos con Argentina un pacto para hacer una planta gasificadora. Eso es inversión extranjera. ¿Un pacto con Venezuela no es inversión extranjera? ¿Un pacto con Brasil qué es? ¿La integración no implica inversión extranjera? Si puedo traer inversión extranjera como hace Cuba, le pongo alfombra roja en el aeropuerto.

 

­¿Cómo va a debatir Fernández Huidobro en el Congreso del FA? ¿Va a dar sus opiniones desde la CAP, del MPP, desde dónde?

­Hoy estoy en el MPP, dentro de la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad. Voy a debatir con la máxima libertad imaginable y propongo que todo el mundo haga lo mismo. Yo voy a ser libre. Voy a debatir mis ideas, porque quiero romper los corsés burocráticos.

 

«ESTOY DE ACUERDO CON PEPE»

­En la última elección jugaron un gran papel Tabaré Vázquez, Danilo Astori y José Mujica, entre muchos otros. El MPP y Mujica, con su política de alianzas, abrieron el juego. ¿Se agotó esa política de alianzas para el FA?

­Yo estoy de acuerdo con la política de alianzas del Pepe. Sobre eso no he discrepado jamás. Ahora, las posibilidades de abrirse no se han agotado.

No sé si está agotada la política de alianzas. Ahora no podemos pretender, me parece, que haya gigantescos desgajamientos de los partidos tradicionales hacia el FA, como se produjeron en su fundación, incluido Seregni y otras personalidades. Claro que esto se nos va agotando, porque el último que podría venir al FA sería Lacalle, pero eso es imposible concebirlo.

No descarto, para nada, que a nivel municipal, local, haya nuevas contribuciones, nuevas afluencias hacia el Frente Amplio.

­¿Por qué nunca fueron a buscar a Alejandro Atchugarry, un batllista hijo de socialista?

­Cuando estaba el «Z» al frente de la DGI, de alguna manera estaba él. Pero yo no le faltaría el respeto a Atchugarry para ir a decirle: «¿Por qué no te venís para el Frente Amplio?». Me parece que es una persona que esas decisiones las tiene que tomar solo y que además no descarto tenerlo en un futuro gobierno. Es que hay temas que son de carácter nacional, que requieren del mayor apoyo posible de la población y de las organizaciones políticas y sociales, para lograr un Uruguay lo más soberano posible, sabiendo que ni Estados Unidos tiene soberanía absoluta.

 

«CAPAZ QUE YO ERA COMUNISTA»

«Que alguien me demuestre que hay necesidad de construir una vanguardia que tiene que aplicarle su hegemonía a los otros, como hacían los camaradas hace unos años con El Popular debajo del brazo, que no se doblaba.

Decían «Unidad-CNT» con El Popular bajo el brazo; adentro tenían un fierro con el que te partían la cabeza. La política que propongo es convenciendo, en todo caso con El Popular que se doble (se ríe). Esta política del fierro al que más embromó fue al Partido Comunista. Si me hubieran pegado con El Popular doblado capaz que yo era comunista, pero cuando me pegaron con el que no se doblaba me hice tupamaro».

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