Triste recuerdo. A 32 años de la detención en Buenos Aires de los dirigentes sindicales uruguayos

Secuestro de Gatti y Duarte condenará al coronel Cordero en causa argentina

El secuestro y desaparición de los dirigentes sindicales Gerardo Gatti y León Duarte, se constituirá en prueba de cargo contra el coronel uruguayo Manuel Cordero, quien será extraditado a la justicia federal argentina en el marco de la causa sobre la coordinación represiva conocida como Plan Cóndor.

Gerardo Gatti, dirigente sindical gráfico, fue secuestrado en Buenos Aires el 9 de junio de 1976 y resultó víctima de un chantaje por el que los militares uruguayos y argentinos pretendían un rescate de dos millones de dólares de su grupo político, el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP).

León Duarte, dirigente sindical de Funsa, fue capturado el 13 de julio de 1976 y también fue víctima de aquel secuestro extorsivo en el que se jugó la vida de otra veintena de militantes del PVP que finalmente fue trasladada ilegalmente a Uruguay en un vuelo del Transporte Aéreo Militar Uruguay (TAMU) que piloteaba el actual comandante en jefe de la Fuerza Aérea, brigadier general Enrique Bonelli.

Ese grupo de uruguayos sobrevivientes del centro de reclusión clandestino identificado como «Automotores Orletti» se constituirá ahora en testigo de cargo en el juicio que la justicia argentina le hará a Manuel Cordero, quien será extraditado desde Brasil donde fue detenido en febrero de 2006, luego de fugar de Uruguay.

Cordero, quien venía siendo enjuiciado por apología de la tortura en la justicia uruguaya, pasó luego a ser requerido por un delito de desacato por ofensa que le inició el juez penal José Balcaldi. El militar uruguayo huyó al país norteño donde fue localizado por el militante de derechos humanos Jair Krischke en Santana do Livramento.

Detenido en Brasil, Cordero fue recluido en la Superintendencia de la Policía Federal de Porto Alegre y luego pasó por la cárcel común de Santana do Livramento antes de ser trasladado a una unidad de la Policía Militar en la ciudad fronteriza con Rivera. Desde allí será ahora llevado a Buenos Aires para su enjuiciamiento por parte de la justicia federal. La extradición de Cordero ya fue decidida por el presidente del máximo organismo de justicia de Brasil, el ministro Marco Aurelio de Mello, quien aceptó una serie de condicionantes establecidas por la Procuraduría General del vecino país, a cargo de Antonio Fernando Souzas.

Cordero también había sido requerido por el juez penal uruguayo Luis Charles, quien lo indagaba por el secuestro de uruguayos en Buenos Aires, y por los jueces argentinos Daniel Rafecas, actuante en la causa sobre Automotores Orletti, y su colega Norberto Oyarbide, a cargo del caso de secuestro de niños en la coordinación represiva.

De acuerdo al Tratado de extradición vigente en el marco de los acuerdos del Mercosur, Brasil decidió otorgar la extradición de Cordero a la Argentina porque había sido el primer país en solicitarla y sólo podrá ser juzgado por cargos de secuestro, ya que otros delitos de lesa humanidad no son reconocidos por el sistema jurídico de ese país. Sin embargo, son los secuestros de Gerardo Gatti y León Duarte, quienes permanecen en condición de desaparecidos, los que prometen condenar al militar uruguayo, que terminaría cumpliendo sentencia en el complejo carcelario modelo de Marcos Paz o en el viejo establecimiento de Devoto, donde están presos otros de sus socios de Orletti.

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