Caso Sabalsagaray. Declaración se incorporó en expediente

Testimonio implica a general en actividad

«Ayer mataron a una compañera de ustedes. Parece que al ‘cabeza’ Dalmao se le fue la mano», fue la frase que un guardia del Batallón de Comunicaciones Nº 1 le dirigió a un grupo de presos políticos detenidos en un vagón del Batallón de Comunicaciones Nº 1, en junio de 1974.

La «reveladora» frase se incorporó ayer al expediente que investiga la muerte de la militante de la Unión de Juventudes Comunistas, Nibia Sabalsagaray en 1974, tras la declaración ante la Justicia del actual director del Hospital Saint Bois, Adail Altesor, y del ex preso político Raúl Pittaluga. Dalmao es, actualmente, general en actividad y comandante de la División de Ejército IV.

Los testigos comparecieron ante el juez penal de 10º Turno, Rolando Vomero, y la fiscal Mirtha Guianze. En su testimonio, revelaron el proceder militar en el Batallón de Comunicaciones Nº 1, donde el 29 de junio de 1974 se produjo la muerte de Sabalsagaray, indicaron fuentes judiciales a LA REPUBLICA.

Además, ambos testigos expresaron ante la Sede «que los calabozos no eran sólo un ‘depósito’ de prisioneros como decían los militares, sino que allí también se torturaba. Confirmaron que no sólo se torturaba en las salas de interrogatorio», explicaron las fuentes.

Los militares «no aplicaban el submarino en los calabozos porque no había espacio, pero sí hacían el ‘submarino seco’. Apretaban el cuello del detenido con su propia capucha o colocándole una bolsa de nailon. Así lo ahogaban, no le permitían respirar. Era la metodología que tenían por el espacio reducido, además de golpes o palizas. Eso se confirmó», señalaron las fuentes.

Altesor y Pittaluga estuvieron detenidos en el Batallón de Comunicaciones Nº 1 sobre la fecha en que murió Sabalsagaray. Ambos revelaron ante la Sede que «la muerte de ‘una compañera’ (en ese predio militar) fue tema de conversación entre los guardias» del Batallón, dijeron las fuentes.

Uno de los testigos incluso recordó que un guardia se aproximó al vagón en el que se encontraba detenido junto a otros militantes políticos y dijo: -«Ayer mataron a una compañera de ustedes. Parece que al ‘cabeza’ (Miguel) Dalmao se le fue la mano».

La Sede recibió además el testimonio del entonces sargento Pablo Pérez, cuya presencia fue requerida por la parte querellante. El militar, de quien se presume integró el S2, negó tener cualquier conocimiento sobre la muerte de Sabalsagaray.

El militar alegó que el 24 de junio del ’74 recibió un balazo, por lo que fue derivado al Hospital Militar. Recién retornó al Batallón en 1975 según su declaración ante la Sede, indicaron las fuentes.

La muerte de Sabalsagaray fue excluida de la Ley de Caducidad por el presidente de la República, Tabaré Vázquez, en virtud de que habría sido detenida por dos militares y dos civiles, quienes no están amparados por dicha ley.

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