Contreras: modus operandi similar a crímenes de 1976

La sentencia del juez chileno Alejandro Solis revela que el general Carlos Prats recibió «amenazas de muerte» antes del atentado y que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile le negó el pasaporte a Prats y su esposa, Sofía Cutbhert, «para viajar a Brasil».

La esposa del general Prats se presentó ante el Consulado General de Chile en Buenos Aires solicitando «el otorgamiento de pasaporte ordinario» para realizar «un corto viaje de vacaciones al Brasil», según una carta del cónsul chileno Alvaro Droguett del Fierro remitida al Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país.

El general Prats y su señora poseían «pasaportes diplomáticos» otorgados por la Junta de Gobierno chilena para «trasladarse a la República Argentina», por lo que, para viajar al exterior necesitaban el visado de la Embajada de Chile. Reclamaban «disponer de documentación ordinaria», indica la carta de Droguett, fechada el 12 de agosto de 1974.

La respuesta del capitán de navío Claudio Collados, entonces subsecretario de Relaciones Exteriores, arribó el 26 de setiembre, cuatro días antes del asesinato: «Inconveniente otorgar pasaportes a personas indicadas (en) su carta de Minrelaciones». Prats «había recibido una llamada telefónica amenazándolo de muerte» días antes del atentado, e incluso «los servicios de inteligencia de Francia y Alemania Democrática» alertaron que «se atentaría contra su vida», según surge del testimonio de Carlos Altamirano Orrego.

El jefe de Seguridad alemana, de apellido Marcus, se entrevistó con Altamirano Orrego «y le manifestó estar en conocimiento de que se preparaba un atentado contra el general, que se atribuía a la DINA», la policía secreta de la dictadura del general Augusto Pinochet, según surge de la sentencia.

El 30 de setiembre de 1974 eran asesinados, en atentado explosivo, Carlos Prats y su esposa.