A Chiruchi. "Primero Luis Alberto Lacalle y segundo Gallinal. El acuerdo se ha sellado y así será"

Lacalle es partidario de "una nueva regulación del trabajo"

Luis Alberto Lacalle, ¿cuál es el norte de Unidad Nacional?

 

–Luis Alberto Lacalle.

Todos los partidos han ocupado el gobierno. Es el cambio cualitativo más grande en los últimos 30 años de la vida del país porque hasta ahora el Frente había permanecido al costado, no sólo no participando sino, excluyéndose muy enfáticamente de cualquier coincidencia con los otros gobiernos y ahora le tocaba llegar al poder.

Llegó con mayoría absoluta, todo el poder, economía favorable, y un capital de ilusión en la gente, aún más allá del 50% que votó por el doctor Vázquez. Ése sólo hecho de ya haber bajado a la cancha, no con demasiado éxito, provoca que el mirar hacia los próximos meses tenga un ángulo de visión distinto a lo que teníamos antes. Ahora sabemos que no hay magia. Eso es lo primero que determina nuestras decisiones.

La segunda, es que el Frente Amplio debe su éxito a un votante que no es propio de él, un votante que cada vez abunda más que llamamos independiente. Elige, no tiene preconceptos históricos, no le pesan tradiciones, no le pesa otra cosa que la ‘oferta política’ y en función de ellas decide.

Esto no es la sumatoria de Herrerismo más Correntada: pensamos que 2 + 2 sea 5 o 6 o más, pero no la mera agregación, y de ahí el ponerle un nombre distinto.

–LR. ¿Es Unidad Nacional un posicionamiento hacia el centro del Partido Nacional?

–LAL. La disputa por el centro se ha convertido en un eje importante. El centro es una actitud. Yo me he calificado siempre de integrante del Partido Nacional, con eso creo que me defino mucho más que diciendo soy de izquierda o de derecha o repitamos una vez más lo de Wilson, ‘no soy de izquierda ni de derecha, yo soy blanco’.

Lo que pretende Unidad Nacional es buscar un punto de equilibrio para que la visión abarque toda la realidad y entonces tenga en la respuesta, sustancia.

LR. ¿Qué ideas fuerza son las que están trabajando el Manuel Oribe y el Instituto Aportes?

LAL. La administración del Frente Amplio en lugar de haber sido el inicio de una época para mí cierra una época, porque ha habido, del pasado, poco de lo bueno, mucho de lo malo y no ha habido una innovación.

Pretendemos sentir que retomamos contacto con el ejercicio del poder a partir de una visión fresca, renovada, en lo que lo central es que el país ayude a despertar las fuerzas dormidas.

Es un gran país cuyas posibilidades están latentes, ninguna de ellas ha sido despertada: ni la creatividad intelectual que es en la economía mundial de hoy la gran fuerza, ni se ha pasado a una explotación mejor más intensiva de los recursos naturales. Hemos abandonado el mar, no hemos hecho nada por poblar el territorio e invertir la ecuación demográfica y todo eso requiere una audacia y un planteo muy innovador que nos sentimos con la experiencia de estos años vividos, después de haber visto el gobierno en la perspectiva de veinte años que han transcurrido desde el nuestro, creemos que el despertar de las fuerzas mentales, económicas y naturales del país es el centro y el corazón de la propuesta.

Entrando en crisis

–LR. El ministro de Economía, Danilo Astori expone las cifras récords de exportaciones, la tasa de empleo más baja, el aumento del salario real, entre otros ítems positivos. Entonces, ¿cuál es el flanco de esta administración?

-LAL. Es verdad, las cifras son ciertas, nos alegramos de ellas, no pertenecemos a esa especie tan deleznable de los que quieren que le vaya mal al país para que les vaya bien políticamente. Pero si nos fijamos bien, todos esos guarismos provienen de factores exógenos, de circunstancias externas. Hubo un tiempo que duró hasta julio del 2007 en que la política económica por ser la continuación de las anteriores, y ser serena y sabia, ayudó a que esto se mantuviera y se viviera en el país. Podemos decir sin temor a equivocarnos que la política económica está entrando en una crisis porque ha sido una política de aumento de gasto en lugar de aprovechar la bonanza económica para introducir reformas profundas: en energía, en la manera de agregar calidad a los productos, en diversificar las exportaciones y las producciones que siguen siendo las mismas que hace veinte años.

–LR. ¿Y cómo evalúa la inversión social?

–LAL. La inversión social ha sido importante. Ha sido más gasto que inversión y ahí el juego de palabras no es una cosa en vano. El Plan de Emergencia, los guarismos que tenemos son casi la misma cantidad de gente en nivel de pobreza que cuando comenzó. Ha habido una falla en no exigir contrapartidas de cumplimiento de tareas de carácter social a los propios que recibían estos planes para que tuvieran un título de dignidad más que de dádiva, más que simplemente entregar dinero.

El déficit que se le va a señalar en la campaña próxima a este gobierno en materia de actuación del Ministerio de Vivienda es realmente asombroso. No quiero hacer comparaciones. Nosotros logramos 53.000 soluciones habitacionales, y el Mvotma ha estado prácticamente inoperante.

Cambió el trabajo

–LR. En un eventual gobierno encabezado por Lacalle, ¿seguirán vigentes los Consejos de Salarios? Este ha sido uno de los cambios de la actual administración.

–LAL. Nosotros no convocamos al Consejo de Salarios y se lograron guarismos de desempleo muy bajos que recién ahora han sido igualados y tenemos que tener en cuenta la gente que se ha ido que ha disminuido la presión sobre la demanda de ocupación.

El concepto del Consejo de Salarios es válido, hasta del propio Ministerio de Trabajo en esta administración han surgido los cuestionamientos a una de las fallas que tiene que es la generalización de las soluciones cuando a veces los sectores que se atienden son tan diversos que van de 1000 empleados a 3 empleados en una categoría. La política salarial tiene que adaptarse mucho más a la realidad, tiene que haber una nueva regulación del trabajo. Tiene que comprenderse que hoy vivimos una nueva época de trabajo a distancia, vivimos una época en donde debe ser posible contratar por horas semanales, horas mensuales, horas semestrales, porque hay actividades que fluctúan en cuanto a su nivel de actividad. Tiene que ser posible incorporar los conceptos de participación en las ganancias de incentivos de producción porque son lo que hacen a una política laboral moderna. El mundo del trabajo ha cambiado, ya no es golpear un hierro, ya no es dar vuelta un pedazo de tierra, hoy día los servicios y la economía y la informática han transformado las relaciones laborales. Hay que modernizar el concepto de salario porque hay que modernizar el concepto de relación laboral. Hoy día no es la antigua relación patrón-empleado, hay zonas grises en las cuales el empleado está codo con codo con el patrón, donde no se sabe si es del todo patrón o del todo empleado, y nos estamos moviendo con esquemas muy antiguos.

–LR. ¿Y qué es posible innovar en la esfera pública?

–Queremos poner en práctica respecto a la Administración Pública un sistema de consulta permanente del trabajador en cada una de las ramas, sean Ministerios, sean Entes Autónomos, nos parece que el funcionario públic tiene que ser más sujeto de la solución que objeto de la solución. Cuántos funcionarios públicos hay a quienes nadie le preguntó: ‘Digame Fulano, esta función que cumple, ¿la ve como necesaria?. Digame Sutano, ¿cómo mejoraría el funcionamiento de la oficina? ¿Qué trámite haría más rápido?, ¿qué trámite eliminaría? ¿Qué agregaría para hacer más eficaz el servicio que es el centro y objeto de la administración?

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