FOTOGRAFO DE LA REPUBLICA FUE DETENIDO Y ESPOSADO EN COMISARIA

El fotógrafo Nicolás Celaya, que se disponía a cubrir el cotejo basquetbolístico entre Goes y Aguada en el Cilindro Municipal, fue detenido alrededor de las 21 horas por efectivos de la Guardia Metropolitana, cacheado y esposado ante testigos como si fuera un delincuente, y conducido a la Seccional 13 a, donde permaneció detenido e incomunicado.

El grave episodio, que podría configurar una situación de abuso policial, fue dilucidado con rapidez por el juez actuante, quien dispuso la inmediata libertad de nuestro colega.

El incidente comenzó a gestarse en las inmediaciones del Cilindro, antes del encuentro deportivo. El fotógrafo intentó registrar un operativo policial, al parecer de rutina, que en ese momento ten[ia lugar sobre la calle José Pedro Varela: se trataba del cacheado de una veintena de hinchas de uno de los equipos, que descendían de un camión presuntamente para su identificación.

Sin razón alguna, uno de los uniformados impidió al fotógrafo registrar el operativo, lo cual sorprendió a Celaya, no obstante lo cual optó por retirarse del lugar.

Después, según la versión del fotógrafo, también corroborada por el chofer, comenzó un desusado operativo que incluyó una suerte de persecución al vehículo del diario LA REPUBLICA.

Al cruzar el semáforo de José Pedro Varela y avenida Centenario, dos motos policiales se aproximaron al móvil a gran velocidad, lo detuvieron y exigieron que chofer y fotógrafo se bajaran. Ambos fueron cacheados y revisados. El fotógrafo, premiado por su profesionalismo y reconocido en el medio periodístico, exhibió sus credenciales, como trabajador del diario LA REPUBLICA, además de su acreditación en el Edificio Libertad, y reclamó proseguir con su tarea ante la injustificada detención en plena vía pública. Los agentes respondieron que «no les faltara el respeto», lo cual según el fotógrafo -y corroboran los testigos- nunca ocurrió.

Celaya les respondió que una vez culminado ese procedimiento nada le impediría obtener una fotografía, tras lo cual uno de los agentes resolvió esposarlo.

Luego, una camioneta policial lo trasladó hasta la seccional 13 a, donde permaneció detenido por al menos una hora e incomunicado, ocasionándosele un perjuicio laboral evidente. En la seccional, destacó Celaya, el trato fue muy correcto, a diferencia de lo ocurrido en la vía pública. El cargo levantado por los agentes contra el fotógrafo fue un «insulto», lo que fue desestimado por el magistrado.

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