Equidad. Subsecretario de Economía explicó filosofía de los cambios al sistema tributario

Elevar mínimo a $ 16 mil implicaba sacrificar US$ 250: de gasto social

Luego que el Ejecutivo anunció, el pasado lunes, las modificaciones al sistema impositivo, el subsecretario de Economía Mario Bergara explicó a LA REPUBLICA que, en cuanto la renuncia fiscal de US$ 100 millones que significarán los cambios, el gobierno siempre ha dicho que la evaluación es en términos globales de la situación fiscal en su conjunto.

«Hay un marco de responsabilidad fiscal, de manejo de cuentas públicas, ingresos y gastos que apuntan a estar en una situación cercana al equilibrio de déficit bajo y sostenible. Esta es la filosofía con la cual se ha trabajado durante tres años, que han sido con los mejores resultados fiscales en las últimas cuatro décadas», comparó Bergara. El viceministro añadió que ello se asocia a la necesidad de tener un «enfoque dinámico de responsabilidad fiscal». Explicó que cuando se realiza un cambio de esta naturaleza, «por los impuestos que se quitan, al otro día se sabe lo que se dejará de cobrar; pero por los gravámenes que se ponen no se tiene certeza de lo que se recaudará». En el marco de responsabilidad fiscal, el criterio básico es que la recaudación «no puede caer, porque de lo contrario no se puede hacer frente a los gastos comprometidos por el Estado en: salud, educación, equidad, infraestructura y seguridad». Ese enfoque dinámico de responsabilidad fiscal implica que el gobierno «debió hacer una estimación cautelosa de los ingresos por el IRPF y por el nuevo sistema tributario, pero esa estimación no había por qué congelarla en el tiempo». «Siempre dijimos que si la recaudación respondía razonablemente, seguiríamos haciendo modificaciones en beneficio del contribuyente, aliviando la carga tributaria, porque la recaudación iba a ir respondiendo al nuevo sistema de mejor manera», acotó. Tanto el incremento de la base imponible, como la duplicación de deducciones por hijos menores de 18 años y la opción en la forma de tributar «son renuncias fiscales», remarcó, aunque aclaró que «esto es en una evaluación global de la situación fiscal que tiene el país relacionada con los ingresos globales del Estado y con la previsión de gastos que está contenida en la Rendición de Cuentas».

Es dentro de ese esquema y manteniendo los resultados fiscales razonables que el gobierno planteó la posibilidad de reducir la carga fiscal a través del cambio en el IRPF. Por otro lado aseguró que entre julio de 2007 y julio de 2008 se ha recaudado por concepto IRPF, aproximadamente US$ 450 millones en base anual, pero eso no es comparable con lo que se recaudará, porque se quitaron las pasividades como elemento de cómputo a la Renta y se creó el Impuesto a la Asistencia a la Seguridad Social.

 

Impacto de equidad

Al ser consultado acerca de por qué no se pudieron realizar modificaciones a los porcentajes de aportes en las diferentes franjas, respondió que «algunas modificaciones tienen impactos sobre la recaudación y en un sentido u otro siempre iban a ser una renuncia fiscal, porque la idea es favorecer a los contribuyentes, pero algunos tienen más impactos de equidad». «Preferimos favorecer a los que ganan menos y por ello volcar toda la renuncia fiscal posible por la vía de subir el monto mínimo no imponible. Si se hubiera pensado en correr franjas y bajar tasas, la suba del monto no imponible no hubiera sido posible en esta magnitud porque hubiese significado una renuncia fiscal inaccesible. Subir franjas o bajar tasas estaría favoreciendo a los sectores de ingresos más altos», dijo Bergara. Sobre los reclamos del PIT­CNT de que el mínimo del IRPF fuera de $16 mil respondió que ello hubiera implicado sacrificar entre «200 y 250 millones de dólares, algo que no era accesible desde el punto de vista fiscal, porque si lo hubiéramos hecho, tendríamos que haber recortado los incrementos del gasto en educación, salud, seguridad y equidad».

En otro orden, dijo que en ningún momento se pensó en no gravar a los aguinaldos, porque «son parte de los ingresos anuales del trabajador, por tanto tienen que ser computados como parte de ese ingreso». Añadió que el aguinaldo «no es distinto a cualquier otro ingreso de naturaleza salarial o de rentas del trabajo que tenga el contribuyente», y añadió que el gobierno optó por otra vía porque de lo contrario se estaría beneficiando a quien gana más.

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