Testigo. Ayer declaró ante el juez Vomero y la fiscal Guianze

Ex radioperador ratificó versión sobre muerte de Sabalsagaray

El ex radioperador de la Brigada de Comunicaciones Nº 1 ratificó ayer ante el juez Penal de 10º Turno, Rolando Vomero, y la fiscal Mirtha Guianze, que la ex militante de la UJC Nibia Sabalsagaray no se suicidó, como expresa la versión oficial de la dictadura sobre su muerte.

La declaración del radioperador, la primera de un ex militar sobre este caso, reafirmó la tesis «de homicidio» por sobre la versión «oficial del suicidio», pero su testimonio «no imputa directamente a ninguno de los oficiales que revistaba en el Batallón de Comunicaciones Nº 1 en esa época», señalaron fuentes judiciales a LA REPUBLICA.

El militar retirado señaló ante la Justicia que «en ese cuartel se torturaba habitualmente» y confirmó el accionar del servicio de inteligencia militar, el S2, en el batallón, en especial de los capitanes Antranig Ohannessian y José Pedro Araújo.

El testigo declaró, en entrevista exclusiva con LA REPUBLICA, que la noche del 29 de junio de 1974 estaba «de guardia» cuando vio ingresar una camioneta «que usaban el ‘Turco’ Ohannessian y el ‘Topo’ Araujo».

Esa misma noche un joven soldado de guardia lo incita a dirigirse hacia los calabozos porque «hay una mujer que está rarísima ahí». «Miré para adentro del calabozo Nº 2. Estaba una chica sentada, recostada a la pared, con un pañuelo de seda en el cuello y enganchadito en un gancho (…) sentada como semidormida», relató.

«Esa chica ahí no se suicidó. No tenía la más mínima posibilidad de colgarse. Estoy convencido de que esa persona no se suicidó. Que a esa persona la mataron. De eso no tengo dudas, quién la mató no sé», expresó el testigo.

La joven militante de la UJC, Nibia Sabalsagaray, fue detenida por dos militares y dos civiles, y conducida al Batallón de Comunicaciones Nº 1, donde se constató su muerte «doce horas después» de ser detenida, el 29 de junio de 1974.

El informe del Supremo Tribunal Militar catalogó la muerte de Sabalsagaray como «suicidio». La versión «oficial» indica que el hoy jefe de la División IV del Ejército, general Miguel Dalmao, encontró a Sabalsagaray «arrodillada en el piso y colgando de un pañuelo anudado al cuello y a un hierro saliente de la pared que da a la cabecera de la tarima». La autopsia fue certificada por el médico forense militar José Mautone.

Sin embargo, la presencia ante la Justicia de dos ex presos políticos y ahora de este testigo contradicen esa versión. El ex preso político Raúl Pittaluga declaró que un guardia del batallón le dijo a un grupo de detenidos a su cargo: «Ayer mataron a una compañera de ustedes. Parece que al ‘Cabeza’ (Miguel) Dalmao se le fue la mano».

Los testigos expresaron ante la sede «que los calabozos no eran sólo un ‘depósito’ de prisioneros, como decían los militares, sino que allí también se torturaba. Hacían el ‘submarino seco’. Apretaban el cuello del detenido con su propia capucha o colocándole una bolsa de nylon. Así lo ahogaban, no les permitían respirar». Bajo esa metodología habría muerto Sabalsagaray.

La parte denunciante analiza solicitar próximamente la comparecencia de nuevos testigos en la causa.

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