A título personal. Dijo que viajó tras recibir "decenas de denuncias de inhabilitación" política

Diputada Peña "no representó al Parlamento" en viaje a Venezuela

Sin margen alguno para negociaciones previas entre las bancadas parlamentarias, los diputados resolvieron, con los únicos votos de la izquierda (49 en 77), que «la diputada Adriana Peña no concurrió a la República Bolivariana de Venezuela en misión oficial representando a este cuerpo» y que «en consecuencia, su actuación y opiniones reflejan su visión personal y en ningún caso representan la posición de la Cámara de Representantes».

Punto y aparte. Se agrega además en esa declaración que «el análisis de la agenda de las comisiones del Mercosur y la actuación de sus miembros corresponde, únicamente, al parlamento del Mercosur», lo que equivale a decir que en este Palacio Legislativo nada se quiere saber de lo que dicen, hacen o dejan de hacer los parlamentarios del Mercosur en temas regionales. Parecería casi de Perogrullo, pero para llegar a esta declaración parlamentaria, que en cierta forma salda un suceso político internacional de singulares ribetes, debieron transcurrir varias horas de debate con un cuarto intermedio de casi 60 minutos incluido, pedido por el Frente Amplio. Es que la sesión comenzó así; con un cuarto intermedio. A segundos de iniciarse el plenario, la diputada Adriana Peña pidió la palabra y, sin que pudiera siquiera abrir la boca, la bancada del gobierno solicitó ipso facto un cuarto intermedio. Lo hizo para coordinar qué posición se iba a adoptar cuando la legisladora fuera a reclamar el apoyo del parlamento, lo que ella entendió como un agravio a su investidura de parlamentaria en tierras extrañas, cuando visitó Venezuela. El Frente Amplio estableció internamente que sólo dos legisladores, Aníbal Pereyra (Alianza Progresista) y Enrique Pintado (Asamblea Uruguay) fueran los que por este sector hicieran uso de la palabra en el debate que se iba a venir. El primero es el coordinador de la bancada. El segundo, integrante de la Comisión de Asuntos Internacionales. Pero todos esperábamos lo que Peña tenía para decir. «Estuvimos (en Venezuela) como integrante del parlamento uruguayo y de la Comisión de Derechos Humanos del parlamento del Mercosur (porque) nos llegaron decenas de denuncias de inhabilitación política de ciudadanos venezolanos que no podían participar en elecciones comunales, entonces, fuimos allá para conocer la verdad de esas denuncias y para hablar con todos…con todos», repitió. Ella entendió que su presencia en Venezuela era para «cumplir con fomentar la democracia. Si queremos países integrados, tenemos que actuar como tal e ir con la democracia en la mano (sic)». Peña le dedicó 10 segundos a los medios de comunicación, pero sin identificar a ninguno, al señalar que «las versiones de prensa aparecidas en los últimos días justifican este planteo político y todo lo que podemos agregar a esto sería empañar una acción de bien», dijo autorreferenciándose. Tras esto vinieron las respuestas. Aníbal Pereyra, sin levantar la vista de su escritorio, leyó parte del reglamento de la Cámara para asegurar que «Adriana Peña no fue en representación de nadie». Alvaro Alonso (casi de Alianza Nacional) sostuvo que «a la diputada Peña hay que respaldarla porque es una correligionaria con los pantalones bien puestos». Todo quisimos verificar esa aseveración pero con muy poco éxito: Peña no se levantó en ningún momento. Washington Abdala le bajó los decibeles al reglamento de la Cámara diciendo que era «irrelevante» y que lo importante fue lo que vivió en Venezuela. Enrique Pintado respondió que «no podemos hacer lo que se nos canta» y dejó una frase para el bronce: «pensemos más en las futuras generaciones y menos en las elecciones». Ojo que la dijo en más de una oportunidad, como para que quedara grabada. José Carlos Cardoso (Herrerismo) aseguró que Peña «no estaba pidiendo el respaldo institucional de la Cámara» hasta que llegó Diego Cánepa y lo desinfló: «Cardoso no leyó la declaración que su Partido Nacional está redactando ya que allí se reclama el respaldo solidario a la diputada». Mutis para Cardoso. Ahora uno se pregunta: ¿por qué ningún parlamentario mencionó el hecho de que si bien viajó a título personal, el parlamento abonó sus gastos de pasaje y estadía?. ¿Será una modalidad corriente?. Estaremos expectantes por una respuesta. Gracias.

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