Estrategia. El Poder Ejecutivo elaborará políticas públicas para enfrentar consecuencias negativas

Para el gobierno, un enemigo invisible: el cambio climático

Sequías por extensos períodos, prolongadas inundaciones, fuertes granizadas o desbastadores vientos, son algunos de las inclemencias climáticas que azotan a la mayoría de los países y a las cuales Uruguay no está ajeno.

Ante estas variaciones bruscas y repentinas del clima -cuyas causas obedecen, según los científicos, al efecto invernadero-, el gobierno está decidido a adelantarse a sus consecuencias, y para ello elaborará una serie de políticas públicas. Es en ese marco que el presidente de la República, Tabaré Vázquez, solicitó al ministro de Ganadería, Ernesto Agazzi la posibilidad de crear planes sobre cambios de modelos de producción nacional a raíz de los cambios climáticos.

A la vez que, en breve tiempo, se convocará al Comité Nacional de Emergencia para elaborar planes de contingencia con la finalidad de estar prevenidos ante eventuales perjuicios que puedan provocar posibles inundaciones en el país.

Pero las medidas preventivas no se quedan allí porque, además, el gobierno creará un ámbito institucional de alto nivel, integrado por OPP, ministerios, intendencias y actores privados, con el cometido de coordinar políticas públicas de prevención, educación y mitigación de impactos de los efectos negativos del cambio climático.

En tal sentido, el director de Planeamiento, Enrique Rubio dijo ayer a LA REPUBLICA que existen «nuevos conceptos desde el punto de vista científico, en cuanto a que se prevén no sólo cambios en el clima mundial, sino que los elementos extremos se dan con mayor profundidad y frecuencia, por ejemplo, inundaciones o sequías». Este organismo constituirá, a juicio de Rubio, «una cuestión permanente» en el ámbito institucional del gobierno. El jerarca adelantó que esta semana se realizará una reunión con el Sistema de Naciones Unidas y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo con el cometido de analizar proyectos relacionados con el cambio climático y el mercado del carbono, entre otros asuntos. «El cambio climático pasó a ser en el mundo el tema número uno de agenda y en las negociaciones de esta década, para el gobierno es un tema de muy primer nivel, por lo que significa el punto de vista productivo y social, ya que afecta a las poblaciones más empobrecidas del planeta, es decir a aquellos que tienen menor posibilidad de medias precautorias y de mitigar los impactos», señaló Rubio. Acotó que la administración deberá adoptar políticas de largo plazo ante una situación que se ha tornado «permanente» y «puede agravarse, por ello hay que reaccionar a tiempo. No hay fronteras frente al cambio climático».

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