Confidencial. Varias empresas portuarias acusadas por un monto que supera los US$ 400 millones

Justicia investiga lavado y fraude

Mientras tanto la Justicia continúa investigando un caso de lavado y fraude en el que están vinculadas varias empresas portuarias.

El pasado jueves 19 de febrero, la Administración Nacional de Puertos (ANP) descalificó a la empresa Montecon de la licitación para una nueva Terminal de contenedores en el puerto de Montevideo. La razón fue un «error» cometido por Montecon, como finamente lo calificó el director de la ANP, Santiago Sotuyo, cuando en realidad un informe jurídico del ente portuario que no fue dado a conocer, informaba sobre la presentación de dos ofertas distintas por parte de la misma empresa pero con dos razones sociales diferentes, Montecon y Adantir en dicha licitación.

Montecon ­integrada por el grupo uruguayo Schandy (64%) y el grupo chileno Ultramar (36%)­ tiene previsto crecer fuera del puerto de Montevideo en la construcción de un puerto seco en las afueras de Montevideo.

De todas maneras se le permitirá a Montecon seguir operando por un año más como operador portuario, donde maneja alrededor de la mitad del movimiento de los contenedores en el puerto de la capital.

En la licitación continúan en carrera la belga Katoen Natie, socia de la ANP en la Terminal Cuenca del Plata y la empresa Talfir SA asociada a los chilenos de Ictsi.

En abril de 2008, el grupo logístico Schandy anunció sus nuevos proyectos de desarrollo al cumplir su 60 aniversario. Entre ellos un proyecto para invertir US$ 30 millones para construir la terminal de Barranca de los Loros, ubicada al Sur de la zona franca de Nueva Palmira; su participación en la Terminal Ontur de Nueva Palmira, inaugurada el año pasado, así como en Terminales Graneleras del Uruguay (TGU), una empresa con operaciones en los puertos de Nueva Palmira y Fray Bentos. Schandy también pretende participar de la licitación del transporte de cargas en tren con el apoyo de Genesee & Wyoming, un operador internacional de trenes e inició gestiones con armadores interesados en realizar el transporte marítimo de gas natural licuado a Uruguay.

 

Lavado y fraude

Por las manos de cinco jueces ha pasado un viejo expediente judicial en el que se habla de lavado de dinero, US$ 400 millones enviados ocultos en contenedores y un fraude por US$ 17 millones. Actualmente, la causa se encuentra en poder del juez en lo penal de 2º Turno, Pedro Salazar, quien ha llamado a varios testigos a declarar.

Al menos cinco empresas portuarias de Montevideo fueron acusadas de lavar un monto que supera los US$ 400 millones. La operación ilegal se desarrolló durante nueve años ­entre 1993 y 2002­ sin que, curiosamente, las autoridades lo advirtieran.

Pagani Uruguay SA, Montemar SA, Tecomar SA, Las Palmas SA y Olazul SA son las cinco empresas portuarias que en Uruguay fueron acusadas de participar de las maniobras fraudulentas. Las tres últimas recibían fondos por irreales fletes de alquiler de buques cuya documentación respaldante nunca existió.

A mediados del año 2002, directores de Tecomar SA solicitaron una auditoría interna de la empresa al contador Eduardo Rodríguez Siri, profesional que preparó el concordato.

De esa investigación surgieron evidencias de numerosos hechos ilícitos e irregularidades. Así se supo de la existencia de préstamos documentados por importes millonarios sobre los cuales no existían registros contables, y aparecieron transferencias del exterior a Tecomar SA que las encaminaba a la empresa Montemar SA, que a su vez las dirigía a una cuenta en el Citibank de Nueva York para la empresa Peter Döhle Schiffarts Kontor, mediante cartas de instrucciones a los bancos, entre otras formas.

Los fondos, por supuestos fletes de alquiler de buques, provenían de tres empresas: Pagani Uruguay SA, Pagani Limited y Travicom Limited, las dos últimas de Isla de Man, vecina al Reino Unido. Esta isla es un conocido paraíso fiscal. La Isla de Man no forma parte del Reino Unido, tiene instituciones legislativas propias y depende directamente de la corona británica.

Hasta 1996, cuando Montemar ya era conocida como «la empresa de los griegos». Por esa fecha, la sociedad anónima accedió al ingreso de un núcleo de inversores europeos que incluían a uno de sus mayores proveedores de barcos portacontenedores y de servicios de líneas marítimas, que supuestamente aportaron una mayor estabilidad financiera al grupo. Se trata del grupo alemán Peter Döhle Schiffarts Kontor, de Hamburgo, al cual pertenece la compañía Pagani.

Pagani Limited adquirió la mayoría de las acciones de Montemar y de Tecomar. Con el alquiler de barcos a Peter Döhle por parte de Montemar, la deuda se agrandó hasta que llegó un momento en que el proveedor alemán pudo hacerse de las empresas uruguayas.

El directorio cambió, pero básicamente los griegos se quedaron en posición minoritaria, con un 20% de las acciones. Los nuevos inversores envían al alemán de apellido holandés Axel Van Hooven para controlar todo el grupo que estaba compuesto por: Montemar, Tecomar (incluida su oficina propia en San Pablo), el taller Las Palmas, el depósito Olazul, Cool Spare, ubicada en Zona Franca de Montevideo, que vendía repuestos para buques frigoríficos y Tecnofrío, que tenía su base en Asunción del Paraguay.

 

Acciones en Montecon

Axel Van Hooven llega aproximadamente en 1996 cuando Montemar se asocia con Peter Döhle. Es entonces que nombra a cinco directores uruguayos, uno de los cuales es el contador Atilio Luis Oliveri. Todos contaban con firma registrada a nombre de Montemar en los bancos.

Durante el verano de 1997, Axel Van Hooven negoció con los gerentes de Citibank Uruguay para lograr US$ 4 millones. En la contabilidad de Tecomar SA figura un préstamo por US$ 500 mil recibido del Citibank con fecha 15 de enero de 1998. Más tarde el 15 de mayo de ese mismo año, aparece un préstamo por US$ 3:500.000. Ninguno de ellos llegó jamás a Tecomar SA, según los denunciantes. Solo durante el período de tres meses y ocho días transcurridos del 14 de abril al 22 de julio de 1998 figuran saliendo de Tecomar SA la suma de US$ 480.979,30. En suma, un total de US$ 7:480,979,30 desapareció de la empresa.

La empresa comenzó a gestionar los préstamos documentados por importes millonarios sobre los cuales no existían registros contables. Aparecieron transferencias del exterior a Tecomar SA, que las encaminaban a la empresa Montemar SA, que a su vez las encaminaban a una cuenta en el Citibank de Nueva York a nombre de la empresa Peter Döhle Schiffarts Kontor.

Tanto Tecomar SA como Las Palmas SA y Olazul SA recibían fondos por supuestos fletes chárter de buques que no existieron y vinculados a empresas con las cuales no existía documentación respaldante alguna. Los fondos provenían de tres empresas: Pagani Uruguay SA, Pagani Limited y Travicom Limited.

El 5 de setiembre de 2002, el Departamento de Delitos Económicos, de Jefatura de Policía de Montevideo recibió una denuncia presentada por los griegos Dennos Georgeoglou y Pablo Augoustis, presidente y vice de Tecomar respectivamente. Ambos denunciaron que desde fines del año 2000 Tecomar era titular del 18,66% de las acciones de Montecon SA, mientras que Talfir SA poseía un 5%. A principios de 2001 se había llegado a un acuerdo entre Tecomar y Talfir según el cual ambas empresas sumarían sus acciones en Montecon para repartírselas en partes iguales. Cada una quedaría con el 11,83% de las acciones en Montecon, actuando en común a través de Hallamshire Holding Ltd. Al mismo tiempo Tecomar se quedaba con el 50% de las acciones de Talfir a cambio de US$ 200 mil que habrían ingresado en la caja de Tecomar.

Posteriormente, en una asamblea general de accionistas, Georgelou y Augoustis reclamaron las acciones de Tecomar en Montecon y se les entregó tan solo un 10% del capital accionario y no lo que les correspondía.

Schandy y otros directores de Montecon recibieron el 29 de abril de 2002, una carta de Tecomar, firmada por Van Hooven (quien se autodesign
ó presidente) y el Cr. Oliveri (presentado como tesorero) en la cual se informaba de la transferencia del 8,66% de las acciones de Tecomar en Montecon a favor de Boswelt Internacional Corp. El 12 de diciembre de 2002 fue finalmente liquidada Tecomar. Quedaron US$ 354 mil a favor de la empresa en los libros.

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