Tenía 88 años. Benedetti dejó de existir a las 17.55 horas, en su domicilio

"Falleció mientras dormía y en profunda paz"

A las 17.55 horas de ayer, falleció en su domicilio de Montevideo el renombrado escritor y poeta Mario Benedetti, quien hacía pocos días se había repuesto de una enfermedad intestinal crónica.

Su muerte causó gran congoja nacional y también internacional, hacia donde el escritor expandió su carrera literaria. El gobierno decretó duelo nacional y dispuso que el velatorio se realice hoy en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, entre las 9 y las 22 horas, donde se instalará la capilla ardiente. El sepelio se realizará mañana a la hora 10 en el Cementerio Central. Mario Benedetti será enterrado en el Panteón Nacional.

«Falleció mientras dormía en su domicilio y en profunda paz. De a poquito dejó de respirar», dijo a la agencia AFP su secretario, Ariel Silva, poco antes de que los médicos firmaran el certificado de defunción.

Benedetti fue dado de alta en el Sanatorio Impasa el pasado 6 de mayo, tras haber permanecido en estado delicado desde el 24 de abril. En aquella oportunidad, su secretario personal informó que el estado de salud de Benedetti era normal, aunque con las precauciones necesarias por su edad y por el tipo de enfermedad que padecía.

El año pasado Benedetti ingresó tres veces a esa mutualista. La primera de ellas, entre enero y febrero, tras sufrir una enterocolitis que le causó deshidratación. La segunda fue por problemas respiratorios y la última por una descompensación.

Su muerte causó honda consternación en los círculos de la intelectualidad nacional e internacional, pero también política y social (ver repercusiones en páginas 3, 4 y 5).

Su hermando Raúl Benedetti declaró anoche que «hace 4 o 5 días que lo vi por última vez y estaba mejorando, los médicos habían dicho que se estaba recuperando, por eso fue medio sorpresivo, sobre todo cuando le dieron el alta, estaba con buen ánimo, estaba mejor. Además tenía cierta confianza, cuando le hacían preguntas, respondía bien». Benedetti recordó cuando su hermano «fue expulsado por el gobierno dictatorial y estuvimos mucho tiempo sin vernos, lo cual me dejó un vacío muy grande porque éramos muy compañeros y amigos, y para mí fue muy importante y para mis padres fue terrible». «Esperábamos con ansiedad una carta, una llamada, un telegrama. Era toda una fiesta cuando recibíamos algo de él. Cuando vuelve en el año 83 él encontró un país muy diferente al que había dejado, el siempre lo dijo; había dejado un Montevideo con árboles, y cuando volvió, 18 de Julio ya no tenía árboles. También comentó que la gente era diferente, la gente era muy mezquina y posiblemente la dictadura cambió la modalidad».

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