Saquearon auto de Huidobro

Era una mañana de lunes y todo parecía que estaba bajo control en el centro de Montevideo. A esa hora las brumas de la madrugada, empecinadas, seguían como enredadas en las ramas de los árboles de hojas caducas y el sol, tenue, como tímido, no ayudaba a secar las calles barnizadas de humedad. Había un movimiento poco habitual para ser lunes. El mismo lunes pero por la tarde en la Plaza Independencia iba a haber un acto oficial en el que pocas figuras del gobierno estarían ausentes. Se inauguraba el edificio del Poder Ejecutivo, 46 años después de comenzadas las obras. Y las calles del Centro y sus adyacencias mostraban un escenario que reflejaba en cierta forma una mayor y más dedicada seguridad. El senador Eleuterio Fernández Huidobro llegó a la hora fijada, muy temprano, pero al edificio de la radio adonde lo habían convocado para una entrevista que iba a ser de más o menos una hora de duración, según le habían prometido cuando lo llamaron previamente por teléfono para coordinar la nota. La radio está a unas cinco cuadras del epicentro donde por la tarde iban a confluir jerarcas del gobierno de toda índole para asistir al acto de entrega de la ya oficial «Torre Ejecutiva». Llegó el senador con antelación a la entrevista, bajó del auto, saludó a algunos que lo reconocieron, y luego cerró la puerta. Entró al estudio de la emisora, respondió las preguntas que se le hicieron, no tomó café ni ninguna otra infusión mañanera y salió. Cuando llegó a su vehículo notó que estaba más dañado que de costumbre: le habían roto la cerradura de la puerta del conductor y le habían hurtado artículos personales que estaban diseminados en su interior. «Fue inútil que me rompieran la cerradura del auto porque la puerta estaba abierta, sin llave, pero nunca se enteraron», relató. Los delincuentes tuvieron «más o menos una hora y media» para llevarse herramientas viejas que no sirven para nada ­dijo él­, el cargador y demás elementos periféricos de su celular, lentes de lectura, discos compactos conteniendo fotos personales, viejos artículos de prensa que ya había escrito y publicado para el diario LA REPUBLICA y jingles políticos de la pasada campaña electoral, una radio portátil (de las viejas) y papeles, muchos papeles que contenían propuestas programáticas vinculadas al deporte e ideas de un proyecto sobre una audición radial partidaria. «Cosas que no les van a servir de nada (…) se ve que estaban muy necesitados», evaluó Huidobro.

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