"A mí que me revisen". El candidato colorado asegura que a él lo cuestionan por el pasado "de otro"

Bordaberry: "A Mujica se lo acusa de su pasado y a Lacalle también"

Pasadas las 10.30 de la mañana del viernes, el candidato encaró las preguntas de LA REPUBLICA sentado en una confitería ubicada en la calle Constituyente, con una medialuna y una bebida Ligth de por medio.

Antes de comenzar la conversación, varios clientes del local saludaron al ex ministro de Turismo y algunos prometieron trabajar en la campaña que se avecina.

–En declaraciones a la prensa Jorge Batlle dijo que usted no hubiera tenido las oportunidades que tuvo si él no lo designaba como ministro de Turismo y después como candidato a la Intendencia de Montevideo. ¿Siente que políticamente le debe algo al ex presidente?

–Es cierto que el doctor Batlle me nombró viceministro de Turismo primero y ministro después, es real que fui candidato único del Partido Colorado a la Intendencia, hay un reconocimiento de eso. También un día Batlle me dijo que yo no pertenecía más a su grupo. Si ‘deber’ significa consultar todo lo que voy a hacer, digo que no. Le debo el reconocimiento, pero no otra cosa.

–Batlle también dijo que el Partido Colorado en esta elección no es una opción para ganar la presidencia. ¿Esto no condiciona a los votantes colorados?

–Eso lo dice Batlle, no lo decimos nosotros. Yo creo que plantearse escenarios que todavía no ocurrieron es un error. El PC se ha dedicado demasiado a plantearse tres o cuatro escenarios para adelante y no a los actuales. Nosotros vamos a tratar de ir al balotaje, es difícil, pero si no planteamos el desafío terminamos logrando menos. Si la presidencia de la República fuera una puerta cerrada con tranca yo voy a intentar pegarle un pechazo, si no entro en ésta, por lo menos voy a dejar los tornillos flojos para ver si puedo entrar en la otra.

–¿Los comentarios de Batlle no son palos en la rueda para su campaña?

–No nos ayudan, pero cada uno puede dar su opinión. Yo voy a trabajar para llegar al balotaje y para tener la mayor cantidad de senadores y diputados.

–El día de la elección usted dijo: «Estamos presenciando la llegada de una nueva generación, que viene a trabajar con la anterior». ¿Cómo piensa hacer esto sin que se lo identifique con los viejos dirigentes colorados?

–Viejo es una palabra un poco fuerte. Yo también dije que tenemos que aprender a caminar, no detrás de ellos sino con ellos a nuestro costado, esa es la nueva realidad. Hay que dejarle a la historia lo que es de la historia y a la Justicia lo que es de la Justicia. pero tampoco pretendemos que ellos caminen detrás nuestro. La nuestra es una generación que está acostumbrada a tomar las decisiones en equipo.

–Teniendo en cuenta la personalidad de ambos ex presidentes, ¿cree que es posible ese trabajo en equipo?

–Para bailar el tango se necesitan dos, yo creo que ellos van a bailarlo con nosotros.

 

Fórmula secreta

–La fórmula de los otros partidos ya está definida pero la del PC todavía no…

–Lo que quiero es antes de tomar una decisión consultar a todos los del partido. Voy a preguntarles cómo es su visión. El partido blanco y el Frente Amplio tienen otras urgencias, porque se dijeron cosas muy fuertes. Larrañaga hizo una campaña diciendo que con el Lacalle los blancos no ganan en octubre, ahora necesitaban cerrar eso rápidamente. El grupo del senador Astori dijo cosas muy duras del senador Mujica y ellos tienen la urgencia de cerrar las heridas abiertas. Nuestra urgencia es distinta, es decir que hay un nuevo partido que busca el consenso entre todos.

–¿No teme que la polarización entre el Frente Amplio y el Partido Nacional termine anulando al PC?

–Espero que se dé una polarización entre los que quieren una campaña de propuestas y quienes quieren seguirse peleando. Yo siento que ese Uruguay del doctor Lacalle y el senador Mujica, del enfrentamiento, es distinto al Uruguay que yo quiero construir. Así como renovamos al PC y levantamos una bandera de unidad, ahora vamos a tratar de renovar al sistema político. Nosotros no estuvimos en la primera línea de los enfrentamientos tan duros de este país, en cambio Mujica y Lacalle sí, vivieron el mundo de la Guerra Fría, que generacionalmente no es el nuestro. Antes asustaban a la gente diciendo que se llevarían a sus hijos a la Unión Soviética.

–Usted, como otros candidatos, plantea no discutir el pasado; eso me hace pensar en una intención de olvidarlo, algo casi amnésico.

–No, no, yo he dicho que hay que dejarle a la historia lo que es de la historia y a la Justicia lo que es de la Justicia. Nosotros nos tenemos que ocupar de problemas del presente, no significa ser amnésicos. Hay que prestarle atención al mundo actual, eso no es amnesia. Yo siento que mientras uno le dice coimero y otro dice que no se puede invertir, el 50% de los niños está naciendo bajo la línea de pobreza en Uruguay.

 

Cuestión de nombre

–¿Le resulta un peso político llevar el apellido Bordaberry?

–No, tengo una ventaja sobre los otros candidatos, a Mujica se lo acusa de su pasado, a Lacalle se lo acusa de su pasado, a mí no se me acusa de mi pasado, a mí que me revisen. Que revisen mi gestión en el ministerio de Turismo, en el de Industria. La diferencia entre ellos y yo es que a ellos les preguntan sobre su pasado y a mí no, a mí me preguntan sobre el pasado de otro, eso es una ventaja. No me critican las propuestas ni los programas.

–Se lo ha tachado de poco demócrata por ser hijo de Juan María Bordaberry…

–De vuelta, no por mí.

–¿Le fastidia que le pregunten sobre su padre?

–Decía Voltaire: «Puede no gustarme lo que me preguntas, pero daría mi vida para que pudieras hacerlo».

 

Sondeos sin fiscalización

–¿Tiene alguna teoría que explique la baja participación en las internas?

–Nunca hay una sola causa. La campaña tuvo poco contenido, eso es una autocrítica que debemos hacernos todos los que participamos. Nosotros intentamos darle propuestas, quizás no las comunicamos bien. Lo que estaba en los titulares de los diarios eran más la peleas. Creo que eso a la gente no le gusta. Otro motivo fue el frío del domingo. La gripe y esta suerte de psicosis que está pasando en Argentina, que decía que debía mantenerse una distancia de un metro entre las personas que debían votar. Creo también que las encuestas que daban a todos muy despegados desmotivaron a las personas que piensan que un voto más no va a tener incidencia.

–De hecho los sondeos fallaron en varios pronósticos.

–Sí, es una actividad humana y me parece que depende de factores humanos, ellos tuvieron muy en cuenta las internas anteriores y no es extrapolable 100%.

–¿Estaría de acuerdo en regularizar el trabajo de las consultoras?

–No, yo creo que empiezan fiscalizando el trabajo de las encuestadores y terminan fiscalizando el trabajo de los periodistas. Yo creo en la libertad.

 

SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS

El candidato colorado comentó a LA REPUBLICA cuáles son las cosas que lo separan y lo unen con los demás candidatos.

«No estoy de acuerdo con la propuesta de Lacalle para la producción en Uruguay. Lacalle es un hombre muy de la plaza financiera y no de tomar medidas para que la producción sea la principal actividad. Ahí tengo una diferencia importante. Lacalle fue el primer presidente del Mercosur, el concepto de Mercosur como está planteado hoy no estoy de acuerdo. Creo que hay que tener una relación más como la que tiene Chile. Coincido en que hay que eliminar la parte política, pero el Mercosur económico tampoco funciona. El partido blanco por su tradición no es abierto al mundo.

En las políticas
sociales también somos distintos, con Mujica y con Lacalle. Los dos terminan en un modelo asistencialista. El Frente Amplio dice si hay pobreza les doy dinero y los inmovilizan en la pobreza. Los blancos dicen que el mercado arregla todo y a los que no arregla el mercado hacemos cosas de beneficencia. La propuesta de siempre de los colorados es la de crear una red de contención social y tener un programa de oportunidades».

 

SEGUIRA CON PROPAGANDA SIMILAR

En la campaña por las elecciones internas las propagandas de Pedro Bordaberry se destacaron por romper con el esquema tradicional de comunicación electoral.

Entre las piezas más recordadas se encuentra la de la maestra cantante y la del niño pelirrojo que enviaba pequeños mensajes a los votantes del partido Colorado. LA REPUBLICA consultó al candidato si en la general continuará con esa línea de comunicación: «Nosotros trabajamos en equipo, lo que hacemos es analizar las cosas a comunicar. Creo que vamos a seguir una línea similar, de romper con la tradicional comunicación política. En esta oportunidad hicimos algo parecido a lo realizado en la municipal. En ese momento había gente que nos preguntaba por qué mostrábamos a Montevideo linda, lo hicimos así porque así sentíamos a Montevideo. Ahora, con un presupuesto mucho menor, pudimos generar un impacto a partir de cosas de calidad e ingeniosas. La situación financiera va a hacer que nos esmeremos más que los otros.

–La propaganda de la maestra cantante vestida de rojo es una de las más recordadas.

–Estaba vestida de colorado. Lo que hay atrás de eso es una lindísima historia, una maestra en una escuela de contexto crítico del interior del país que en sus ratos libres es una gran cantante. Ella es adherente colorada, ese fue el detalle de todas las piezas. Joan Manuel, «el coloradito», también era hijo de adherentes, sus padres son dirigentes de Canelones.

Esto surgió porque no podíamos contratar actores profesionales para hacer la publicidad. Vamos a continuar con algo parecido.

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