"Pensamiento único" entre los blancos

Antes del mediático anuncio que hicieron la noche del 28 de junio, según Lacalle, Larrañaga le había dicho: «Voy a cumplir con mi deber y te voy a acompañar en la fórmula presidencial». Estaba todo preparado, «sólo acordamos cuál iba a ser el rol de cada uno», contó.

Los candidatos anunciaron la redacción de «la hoja de ruta» que pondrá por escrito «un nuevo compromiso» con la ciudadanía. Estará pronta a fines de mes y laudará matices que los diferencian, como la edad mínima para que una persona sea «imputable» ante la Justicia.

En el Partido de Oribe no hay grandes diferencias. Tienen «un pensamiento único» y por eso se pudieron poner de acuerdo tan rápidamente.

 

Las candidaturas locales

La interna local luce complicada. Se le preguntó a Lacalle sobre la candidatura a la diputación, tema que enfrenta a Alberto Casas con otros dirigentes. Casas ganó la interna, pero dirigentes como Juan Atilio o Ruben Bacigalupe no parecen dispuestos a secundarlo.

«El puchero departamental se lo comen los del departamento, que lo cocinen los del departamento», contestó el veterano líder adjudicando a su abuelo Luis Alberto de Herrera esas palabras. Sobre las razones por las que había proclamado a José Luis Falero a la intendencia, dijo: «No es de buen santo explicar los milagros»… y quedó por esas.

Consultado por LA REPUBLICA sobre la actitud de las cámaras empresariales, dijo: «No sé si alguna cámara empresarial apoyó algún partido». Según su criterio, son organizaciones de empresarios, que defienden sus intereses y no se han metido en cuestiones políticas. El candidato blanco hizo hincapié en que en su partido «hay búsqueda del interés común». Está por encima de los intereses corporativos.

 

Relaciones laborales

Luis Alberto Lacalle dijo que mantendrá los Consejos de Salarios «adecuándolos a la realidad actual».

Anunció una actitud de «equidad e imparcialidad del Poder Ejecutivo» en negociaciones que serán entre patrones y obreros, con «intereses que no son tan contrapuestos».

Sobre la propiedad de la tierra dijo: «Que la tenga el que la quiera tener y la cultive lo mejor que pueda», a los blancos no les gusta poner límites a los derechos de propiedad. Porque «todos somos descendientes de extranjeros», afirmó Lacalle.