Mujica resaltó la importancia del viaje de Astori a Estados Unidos

El viaje a Washington del vicepresidenciable Astori «es muy importante» porque, explicó Mujica, «hay que cultivar relaciones personales donde está la gente que toma las decisiones importantes».

«Las relaciones son más difíciles cuando no te conoce nadie», señaló el candidato presidencial.

«Conviene estar informado», argumentó Mujica, para quien la misión de Astori en Estados Unidos permitirá que la fórmula presidencial del Frente Amplio «tenga información de primera mano» acerca de «los alcances que tendrá la crisis mundial», «el cuestionamiento del dólar como patrón mundial» y la actitud que asumirán los bancos centrales en el mundo para evitar más especulación financiera. «Tenemos que hacer buena letra», dijo Mujica en broma y recibió un fuerte aplauso de aprobación. En un breve análisis de la situación regional, Mujica se pronunció a favor de una mayor integración con los países del Mercosur y luego comentó: «Me gusta Lula porque es un hombre de abajo, como nosotros, que perdió un dedo trabajando en un torno, que sabe las angustias de los más necesitados y porque es un hombre que está arriba pero nunca se olvidó de su compromiso con los más pobres».

Respecto al «proyecto de país» que el Frente Amplio impulsará en un segundo gobierno, Mujica dijo que «el Estado tiene que apuntalar al empresariado para que funcione y debe darle garantías y seguridad, pero sin cambiarle las reglas de juego a cada rato», porque eso provocará «inestabilidad». «Tenemos que ayudar a la gente a recordar que había un país que en 2001 se quedó con un millón de pobres», señaló Mujica en relación a los ejes fundamentales de la campaña electoral del Frente Amplio. «La reforma monetaria de Ignacio Posadas en 1991 ancló el dólar, encareció la producción nacional y ocasionó la desaparición de 90 mil puestos de trabajo, sólo en el sector industrial», dijo. «Con importaciones baratas y acceso fácil a los créditos, el país parecía que andaba bien entre los años 1992 y 1994″, al final de la presidencia del blanco Luis Lacalle, dijo Mujica. «Pero», explicó, «cada vez se producía menos dentro el país y cada día se importaba más mercadería extranjera». «La hora de la verdad empezó a venir en 1999″, con la devaluación en Brasil, y «todo explotó en 2001, cuando «ya estaban endeudados todos los productores», los mismos que «venían reclamando» rentabilidad desde 1998 con la realización de una multitudinaria marcha ruralista a Montevideo. Al comparar la gestión del presidente progresista Tabaré Vázquez con los anteriores gobiernos, de la coalición entre blancos y colorados, Mujica dijo que «el partido rosado» está «anunciando» que «vendrá con una motosierra a cortar» todas las políticas sociales que instrumentó la izquierda. «Posadas será buena persona. No tengo por qué decir lo contrario. Pero conduciendo la economía… ¡Socorro!», exclamó el candidato frentista y provocó aplausos y carcajadas. «Es un problema de concepción; ellos quieren lo que llaman un Estado mínimo», criticó Mujica, para quien «el mundo entero está en una crisis, precisamente, por falta de control sobre el sistema financiero». «Tenemos que ocuparnos de esas mujeres con tres o cuatro hijos que viven en casuchas de madera, chapa y cartón por donde se cuela el viento frío», reclamó el candidato, al reiterar su compromiso de instalar en los asentamiento irregulares «campamentos solidarios» con «trabajadores voluntarios» para construir viviendas para gente carenciada, como un gesto «revolucionario y a la vez solidario». «Estamos dispuestos a declarar la vivienda como emergencia nacional», anunció Mujica, para quien resulta «inaceptable» que Uruguay todavía tenga a «siete mil hogares sin luz eléctrica», «un campo despoblado» y localidades como Pueblo Fernández (que tiene dos ómnibus por semana) o Laureles (que nunca dispuso de transporte para sus habitantes). Mujica aclaró que la articulación, desde el Estado, de «un voluntariado social» para realizar obras de interés público permitirá agilizar la concreción de proyectos y abaratar los costos. «Es imposible que podamos construir casas de 30 o 40 mil dólares mediante la contratación de empresas», ilustró.