¿Waterloo? El día que oposición y consultoras erraron sobre el resultado de la economía

"Hay que ajustar las bolas de cristal"

Si algún examen aún le faltaba rendir al Frente Amplio para despejar todo tipo de duda sobre su idoneidad para gobernar, el resultado del segundo trimestre con un crecimiento de 0,5% y del primer semestre de este año, 1,5% superior al 2008, demostró claramente que a aquellos que en algún momento se les acusó de no tener idea de cómo se gobierna un país, han salvado todas las materias y, en este caso, con felicitaciones de la Mesa.

La oposición toda, y la gran mayoría de analistas, economistas y técnicos de nuestro país, apenas el presidente Vázquez y el entonces ministro de Economía, Danilo Astori confirmaron: «No permitiremos que esta crisis internacional recaiga sobre los hombros de los trabajadores» abundaron en severas críticas. Y el gobierno cumplió. Apostaron a aumentar el consumo, se buscó una autorregulación de precios empresarial, se aumentaron salarios y se ajustaron las tarifas al máximo al tiempo que se apuntalaba a las pequeñas y medianas empresas, toda esta batería de medidas exacerbó a la oposición política y a un grupo importante de economistas que presagiaron una especie de apocalipsis. Desde adjetivaciones hasta sesudos análisis que en algunos casos, por si quedaban dudas, dejaron bien claro las posturas de gran cantidad de analistas, que fueron titulares de los medios de información durante mucho tiempo, bombardearon a la población. Pero, los hechos son tozudos, el Frente Amplio sabía lo que hacía: no podía repetir conceptos y recetas neoliberales, pero además, estaba preparado para lo que se venía, porque se fortaleció el sistema financiero, la deuda externa se extendió en el tiempo, el fortalecimiento del mercado interno permitió la subsistencia de muchas empresas mientras que, como productores de alimentos, difícilmente nos íbamos a enfrentar a un mercado cerrado, sobre todo porque el gobierno se había preocupado por abrir numerosos mercados para el país. Por otro lado, la economía de las familias uruguayas continuó creciendo. Nada de esto pudieron ni supieron ponderar los críticos que en el marco de una crisis mundial aprovecharon para echar leña al fuego. Es así que técnicos como Isaac Alfie, Jorge Caumont, Ernesto Talvi, Javier De Haedo, y otros más, apoyados por políticos de la oposición que se cansaron de financiar conferencias de economistas traídos del exterior, se equivocaron y lo hicieron porque repitieron fórmulas mundiales, no aprendieron nada de las crisis por lo que, como dijera el ministro de Economía, en No Toque Nada, de Océano FM, «hay que ajustar algunas bolas de cristal».

La inflexibilidad analítica de muchos popes de la economía no les permitió interpretar los datos que iban presagiando un crecimiento de la economía. Es más, algunos de ellos hasta parecían satisfechos de que existiera recesión. «Para Ceres, Uruguay está al borde de la recesión», titulaba el 21 de abril la sección Economía de LA REPUBLICA, una empresa que mantiene un fuerte prestigio en determinados círculos empresariales. El economista Gabriel Oddone dijo a Ultimas Noticias que en el segundo trimestre «también es de esperar una baja fuerte del producto, registrando una caída del entorno del 3%» y Javier de Haedo ­principal referente económico del senador Jorge Larrañaga­ dijo que «no hay ningún tipo de duda» de que los dos primeros trimestres van a ser de recesión económica y en la segunda mitad del año las cuentas comenzarán a normalizarse. En la encuesta de Expectativas Económicas que realiza mensualmente el BCU, entre economistas, bancos, cámaras industriales, consultores individuales, ex ministros de Economía, etc., hubo un promedio de opiniones, en agosto, que esperaba un resultado negativo del 0,53% en 2009, pero ello era fruto de quienes pensaban en -1,40% y los que esperaban 0,71%.

El Instituto de Economía de la Udelar también preveía un segundo trimestre con resultado negativo. Todas estas opiniones (y otras más) provocaron la reacción del ministro García quien sostuvo que «hay que ajustar muchas bolas de cristal». A pesar de las cifras oficiales, siguen existiendo quienes, tozudos, no reconocen su error, como Isaac Alfie que las pone en duda y algún otro técnico, que política y filosóficamente en contra de todo, optan por cuestionar las cifras en vez de alegrarse de la noticia que el país es una especie de excepción en el mundo. Sin embargo, ya el jueves pasado, Mercedes Comas, de Price Watterhouse, afirmó que «esta es la primera crisis que nos encuentra bien parados, nos pasó por el costado y sería bueno que continuara así.

Los indicadores del tercer trimestre son de recuperación y yo definiría lo sucedido no como una crisis sino como una caída de la producción», y el propio Gabriel Oddone, de CPA Ferrere, que había anunciado una caída del 3% reaccionó rápidamente ante el cambio operado en la economía y sostuvo también en que ha llegado el «fin de la recesión, hubo un solo trimestre negativo».

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