Mujica. "Gracias por ese corazón, vamos a seguir cambiando el Uruguay"

El banderazo más grande: 13 cuadras de gente unieron La Paz y Las Piedras

La movilización arrancó muy poquitos minutos después de las 15.30 horas, en plena ciudad de La Paz. La camioneta en la cual viajaba el candidato presidencial del Frente Amplio, José Mujica, abría la marcha, y atrás una multitud que llegó a ocupar más de 13 cuadras llevaba la enorme bandera de Otorgués.

Al comienzo de la bandera iban entre otros el intendente municipal de Canelones, Marcos Carámbula, y el senador electo de la Vertiente Artiguista, Enrique Rubio.

A su lado, enfundados en remeras blancas y negras con leyendas que llamaban a «Defender la alegría», cientos de muchachas y muchachos de las Redes Frenteamplistas y de las Juventudes del FA de Canelones.

A paso lento y en un clima de fiesta empezó el recorrido de los casi 8 kilómetros, por la Avenida General Artigas, luego de dejar atrás el casco urbano de La Paz, donde miles de personas, de todas las edades, aplaudieron el paso de la bandera.

Al costado de la calle, que fue ocupada completamente por la marcha, miles de personas constituyeron un verdadero tubo humano. Familias enteras, todos con banderas del FA, con carteles de Mujica y Astori, saludaban el paso de la bandera y muchos se sumaron para llevarla.

«Mira que bonito, mi voto es, rojo, azul y blanco, del Frente es», resonaba fuerte, en lo que ya se ha transformado en una especie de santo y seña.

Pero muchachas, madres con sus niños y abuelas sonrientes, bailaban sin parar al ritmo de un jingle que ha pegado y mucho: «Vamos Pepe, Pepe con la gente…».

Para que no quedaran dudas del profundo arraigo local de la movilización, desde un parlante se organizaba la marcha: «A ver los que ya llegaron a la estación de Ancap, aguanten que vamos muy apurados». «Un aplauso para los peluqueros, que nos saludan desde arriba», dijo el locutor en otro momento. Efectivamente, desde las ventanas de una peluquería sobre la ruta dos enormes banderas del FA saludaban el paso de la marcha.

La camioneta de Mujica iba a paso de hombre y a su marcha el tubo humano se cerraba; celulares y cámaras disparaban fotos sin cesar; bebes eran alzados hasta la ventanilla. El candidato presidencial sonreía y replicaba: «Vamos, compañeros, vamos el Frente».

El intendente Carámbula, que hizo los 8 kilómetros a pie, siempre agarrado de la bandera, firmó autógrafos, abrazó, saludó y fue saludado incontables veces.

 

Las Piedras

A las 16.45 horas la cabeza de la marcha se aproximó al casco de Las Piedras; en las veredas la gente era cada vez más.

Al cruzar la vía del tren, un cartel inmenso decía «Bienvenidos Pepe y Danilo» y miles esperaban ansiosos. Una señora muy mayor, que cantó 80 aunque parecieron pocos, enarbolaba emocionada una bandera con los colores desteñidos y con una firma.

«Ves muchacho, esta es la firma del general Seregni. La puso aquí en 1971 en un acto que no pasaba de media cuadra, y ahora mirá», dijo doña Rosa, emocionada y con una llovizna en sus ojos veteranos. Luego le dio un beso a Carámbula y se fue cobijada por dos muchachas con las caras pintadas, porque según dijo bajito: «Yo esa maravilla de banderota la quiero llevar, fueron tantos años que no se pudo».

La llegada a la plaza de Las Piedras fue como una explosión ­pacífica, nada de arsenales y spots­ de colores y euforia: «Un minuto, un minuto, un minuto de silencio, un minuto para el Cuqui, para el Cuqui que está muerto», coreaban cientos de muchachos que saltaban sin parar.

Desde las veredas, los bares y los balcones, se agitaban banderas del FA y bajaban los aplausos.

Carámbula, rojo del sol y emocionado, le comentó a una vecina que lo vino a saludar. «Esto es impresionante, nunca se hizo nada igual, qué pueblo vecina, ¿eh?».

Cuando la punta de la marcha llegó al mástil donde empieza la enorme y ancha avenida que termina en el Obelisco, se podía ver a miles de personas que la esperaban.

En el parlante sonaba fuerte la voz de Alfredo Zitarrosa y un grito surgió como si nada más pudiera ser cantado en ese momento y en ese lugar: «Soy del Frente, del Frente soy yo».

Enseguida la batucada arrancó fuerte y parejo, las muchachas y las no tanto bailaban con sus banderas y a lo lejos, en el Obelisco, Mujica esperaba y aplaudía emocionado.

Las casi 8 cuadras de la avenida que une al Mástil con el Obelisco se cubrieron de gente y había más, hasta la plaza.

Miles de personas saltaban y agitaban banderas al unísono. La gigantesca enseña de Otorgués se movía al compás y Carámbula, luego de firmar el penúltimo autógrafo en una bandera del MPP, se confundió en un emocionado abrazo con Mujica. Eran las 17.30 horas, quedaban atrás dos horas y 8 kilómetros que conmovieron a La Paz y a Las Piedras.

 

Los saludos

La multitud se apretujó cerca del Obelisco para escuchar los saludos, pero como ni apretando podían acercarse a menos de tres cuadras, la mayoría no escuchó. Igualmente siguió la fiesta.

Carámbula fue el primero en saludar: «Esto es el FA, que gana de nuevo en Canelones, y el 29 vamos a votar para que Pepe y Danilo sean los que conduzcan el próximo gobierno de izquierda».

Lo siguió Rubio, que también resumió en una frase: «Esta es la mayor movilización realizada en Canelones, vamos a ganar».

Luego tomó la palabra Mujica, que ovacionado dijo: «Queridos compañeros, pido un momento de serenidad para decir que en estas piedras está la patria vieja, están nuestras mejores tradiciones. En ningún otro lugar tiene tanto significado la bandera de Otorgués como en este lugar».

El candidato presidencial tuvo palabras de reconocimiento para los jóvenes que organizaron la movilización. «A ellos se les ocurrió la idea de la bandera, la de la rambla, la de las bombas de dulce de leche en la Plaza Libertad. Pensar que cuando hicieron la primera en el Frente se desconfiaba, porque no era orgánica. Mírenlos con esas remeras, llenos de alegría. Por suerte la historia está pariendo nuevas formas de organizarse y de participar. Sepan que este viejo no va a estorbar; al contrario, va a abrir todas las puertas y ventanas para que entren», indicó. Mujica pidió que «estos últimos días sean con altura y con propuestas, ni una pizca de odio hacia el pueblo blanco y colorado».

Mujica finalizó reconociendo la magnitud de la movilización: «Es impresionante. Gracias, canarios, gracias gurises por el esfuerzo. Gracias por tener corazón, gracias por conmoverse. Con ese corazón el Frente va a seguir cambiando este país».

 

Una ovación lo despidió

Luego hablaron representantes de las Redes Frenteamplistas y de los jóvenes frenteamplistas de Canelones, que fueron los organizadores de la marcha.

Llamaron a «defender la alegría y todo lo conquistado por el gobierno de Tabaré, más Consejos de Salario, más Fonasa, más Plan Ceibal, más democracia, más libertad».

Una muchacha emocionada reconoció el impacto de no haber logrado la anulación de la Ley de Caducidad pero indicó: «La lucha por verdad y justicia no termina jamás». Le respondió uno de los aplausos más sentidos de la tarde.

Luego, aunque todo había terminado, miles se quedaron en el parque y en la avenida, agitando banderas, cantando o simplemente compartiendo un mate. «No dan ganas de que esto se acabe», resumió una muchacha sonriente con una remera atada a la cabeza para protegerse del sol, que a esa altura ya no golpeaba tanto.

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