Marcha. "Ninguna ley laudará nuestra dignidad"

"La memoria no olvida ni perdona"

En total normalidad transcurrió ayer la marcha, convocada por la Coordinadora Contra la Impunidad, que se desarrolló desde el Obelisco hasta la Plaza Cagancha. Un fuerte dispositivo de seguridad se instaló en torno al Círculo Militar donde estaba anunciada la lectura de una proclama.

Pasadas las ocho de la noche se inició la marcha contra la impunidad convocada para las 19.00 horas. Desde el inicio la consigna fue hacer el recorrido sin violencia. Las cerca de mil personas caminaron por la avenida 18 de Julio cantando consignas sin registrarse ningún incidente.

El punto más tenso de la marcha fue frente al Círculo Militar General Artigas (18 de Julio y Paullier). Un fuerte dispositivo policial fue dispuesto para la ocasión, fue colocado un vallado desde Martín C. Martínez hasta Joaquín Requena y alrededor de 200 efectivos custodiaron la sede militar. Los uniformados contaban con cámaras de video y teléfonos celulares con cámara, hecho que comprobó LA REPUBLICA al recorrer estas cuadras antes de iniciar la movilización.

Irma Leites, integrante de Plenaria Memoria y Justicia, y Amaral García fueron los encargados de la parte oratoria en ese tramo de la recorrida.

«La memoria no olvida ni perdona, aquí estamos para condenar a esta cueva de asesinos», inició Leites.

«Desde acá se dieron y se siguen dando las directivas para que se reprima. ¿Cómo lograr un mundo mejor si los asesinos están sueltos?, ¿cómo construir otra realidad sobre un pasado incierto», se preguntó Leites entre los aplausos de los presentes.

«Ninguna ley laudará nuestra dignidad, seguimos creyendo en la verdad y en la justicia popular», dijo en referencia al resultado del plebiscito que no alcanzó los votos necesarios para anular la Ley de Caducidad.

«Organizaciones sociales y políticas de toda índole y organizaciones internacionales cuestionan la permanencia de la ley de impunidad», afirmó.

«Ellos secuestraron, asesinaron, torturaron, desaparecieron y desde acá (desde el Círculo Militar) vigilan y siguen activos desde la cárcel vip», señaló.

«Para todos los que quisieron criminalizar esta marcha, para los que dijeron que esta era una marcha ridícula, estamos para decir memoria, acá estamos para seguir con nuestra lucha», concluyó Leites.

A causa de la emoción, como después lo pudo explicar ella misma, María del Carmen, hermana de Walter Hugo Arteche (asesinado en agosto de 1973), se desvaneció y debió abandonar la marcha por algunas cuadras. En este punto la tensión era máxima. Algunos de los presentes reclamaron la colaboración de la fuerza del orden presente, pero los policías permanecieron impertérritos en sus puestos.

Por su parte, Amaral García señaló: «Acá hace treinta años que no se respeta la justicia, en mi caso me considero un desaparecido, tenía tres años cuando me secuestraron y viví con los militares durante 14 años. Tenemos que seguir marchando, esto no empieza ni termina acá y es hora de que las cosas sigan cambiando. Lo que sucedió el 25 de octubre ya pasó, ahora hay otras cosas para hacer. Esta Ley de Caducidad sigue siendo ilegal a nivel internacional y no debería existir», afirmó.

Después de parar en frente al Círculo Militar, la marcha siguió su camino y concluyó en la Plaza Cagancha.

En la última parte de la oratoria hicieron uso de la palabra integrantes del sindicato del taxi, de la Coordinadora de Jubilados y del Partido de los Trabajadores, entre otros.

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