Jaque en la Torre. Las denuncias de Sutel contra el ingeniero Monzón, gerente de la División Tecnología

Avanza auditoría sobre contrato de Orión

La fase de la auditoría de Price implica el estudio de la herramienta, es decir el programa de facturación que Antel adquirió a la empresa Intec en el año 2007. Esto significa la auditoría para saber si cuando el sistema de facturación Orión cobra diez pesos, efectivamente debió facturar esos diez pesos o presenta fallas en ese proceso.

La etapa siguiente de la auditoría es la del intrincado proceso por el cual se llegó a la adquisición del sistema de facturación Orión. En realidad, hay que recordar que la decisión del directorio de Antel fue de auditar todos los proyectos estratégicos de Antel, comenzando por Orión.

El proveedor de Orión, Intec, tiene su origen en Gran Bretaña, pero legalmente el contrato con Antel se hizo en Atlanta tras un largo proceso.

Sutel, el sindicato de los trabajadores de las telecomunicaciones, había cuestionado el contrato de Orión y ahora lo ratifica. El entonces vicepresidente de Antel, Gonzalo Perera, había declarado al semanario «Búsqueda» que «este es un proyecto de un monto muy grande y afecta de manera muy importante a la red y al sistema. No tengo la certeza de que esté funcionando de manera impecable y quiero tenerla; esto involucra a varios sectores de la empresa y a actores externos a Antel». Cuando se produjo el procesamiento del impostor que logró ser contratado por Antel, el ex policía Elbio Javier Román se descubrió que el centro de su espionaje se enfocó en conocer lo que Perera había indagado sobre el sistema Orión. Román, quien mediante engaños logró ingresar a Antel, trabajó durante más de un mes y medio en revisar, indagar, modificar y borrar archivos de las computadoras de Perera que les fueron entregadas.

El senador Eleuterio Fernández Huidobro recordó entonces que Perera «denunció el desacierto brutal de haber contratado a una empresa por un altísimo costo ­millonario­ para un plan que se llamaba ‘Orión’, que es un fracaso total».

El actual presidente de Antel, Beno Ruchansky, anunció en el Parlamento el 9 de setiembre que una comisión de expertos analizaba el contrato de Orión. Aún no se han difundido los resultados del análisis .

El sindicato de las telecomunicaciones, Sutel, denunció en su momento al gerente de la División Tecnología, Ing. Roberto Monzón, entre otros. Por la resolución 729/05 se creó la División Tecnologías de Información y se nombró al Ing. Roberto Monzón. Sutel se cuestionó: «¿Cuáles han sido sus virtudes además de ser uno de los mayores solicitantes de compras a Interamericana de Cómputos, empresa a la que está vinculado quien lo ha recomendado al Directorio?».

En un comunicado fechado el 23 de junio del 2006, Sutel declaró que el Directorio de Antel designó sin concurso al Ing. Roberto Monzón como la máxima autoridad en el área de Tecnologías de la Información. Sutel rechazó esta designación e indicó que se habían hecho denuncias, que no fueron investigadas, justamente sobre la tendencia de este funcionario a realizar compras poco claras. Sutel insistió en que Antel no tuvo en cuenta que el ente disponía de más de 120 trabajadores especializados en Tecnologías de la Información, quienes hasta entonces habían desarrollado y adaptado las herramientas informáticas a las necesidades y evolución de las Tecnologías y, por el contrario, para viabilizar una compra enajenadora se recurría a contratar vía ITC (una empresa subsidiaria de Antel) a profesionales que desconocían la realidad de Antel y responderían al objetivo de la compra. Sutel solicitó «una auditoría de compras de IT (tecnologías de las telecomunicaciones) de Ancel, ya que están en curso compras multimillonarias en dólares y con escaso fundamento técnico que defienda los intereses de Antel, apoyadas en muy pocas opiniones, (en particular si aparece la del actual divisional de la DTI) y nosotros teníamos desconfianza y dimos algunos hechos que la respaldan. El directorio manifestó que se realizaría la auditoría, pero para toda la división Ancel. Hoy, dentro de lo reducido que podemos ver, nosotros no se están llevando adelante acciones que demuestren el compromiso. Entendemos que es imprescindible, ante la avalancha de compras multimillonarias, vía ITC, o sea, sin control estatal, que los pocos que opinan nos garanticen la mejor contratación para Antel y la mayor transparencia para todos los uruguayos, según el compromiso del actual gobierno».

Entre las irregularidades denunciadas por el sindicato de las telecomunicaciones, se señalaban algunos ejemplos que fundamentaban su desconfianza desde junio de 2005.

Casillas lotus domino, (la adquisición J0025730 de diciembre de 2000), «viciada de varios defectos, desde su plazo récord, pese a ser por muchos miles de dólares, hasta que hay un solo oferente, por supuesto IBM». También su ampliación, tramitada por expediente, sacada en forma urgente en 15 días en el año 2003. «Tenemos entendido que la ampliación era innecesaria. Hasta donde sospechamos, no estaban todas las casillas en uso, y si se efectivizó la compra, no fueron usadas las nuevas hasta hoy», denunció Sutel.

En ese expediente, en el cual esperaban que no faltaran páginas, innecesariamente se planteaba a IBM prácticamente como la única empresa del mundo a la que se podían comprar esos productos, dijo el sindicato Sutel y cuestionó la conveniencia y el costo de la plataforma lotus domino, que se seguía pagando, y expresó su deseo que también un asesor externo opinara sobre su conveniencia.

Plataforma propietaria Aptrix. Esto significó la compra de horas a IBM excediendo las autorizaciones y a precios más caros de los que incluso otras divisiones de Antel, como informática, pagaban a IBM por servicios similares. IT (Tecnologías de las Telecomunicaciones) de Ancel se había excedido (endeudado sin licitación) en unos U$S 70.000, en servicios de programación de IBM. La Gerencia General de ese momento dispuso que Informática se hiciera cargo del contrato. Se pagaban algo así como 35 dólares la hora, mientras Informática por servicios similares pagaba a IBM por licitaciones un orden de 25 dólares y a la baja. Compras vía HG (otra de las subsidiarias de Antel) a ISA, casi subsidiaria de IBM, el sindicato dijo no tener acceso a la información, pero sostuvo que tenían fundadas sospechas de que se compraban por esta vía productos a IBM y que las horas de programación eran de las más caras del mercado. «Nos gustaría que se analizara la conveniencia costo- beneficio de esas compras, que se siguen haciendo en la actualidad, y conocer si se estudiaron otras alternativas. La opinión de un profesional de tecnologías de la información externo también puede ser útil en este caso.

Tenemos sospechas de que por esta vía se ha comprado hasta un hardware, direccionando las compras, de dudosa conveniencia para la administración, y al menos salteándose todos los controles del Tocaf. Vemos una clara preponderancia de IBM y sus subsidiarias, ISA, Interamericana de cómputos, en compras poco claras», afirmó Sutel.

En síntesis, el sindicato advirtió que Antel estaba gastando cerca de U$S 70 millones en total en varias adquisiciones cuestionadas, lo que indicaban que se podría haber utilizado en comprar mil ambulancias o varios tomógrafos para todos los hospitales del país, casi otro plan de emergencia.

La denuncia de Sutel referente al contrato de Orión fue tomada por el entonces senador Reinaldo Gargano y difundida en el Parlamento el día 7 de setiembre de 2004.

El último Directorio de Antel durante el gobierno del Dr. Jorge Batlle llamó a licitación pública Nº H4021240, con el objeto de «Suministro y puesta en marcha de un sistema que permita realizar la tasación y facturación de los servicios que Antel comercializa, de forma convergente entre los tres verticales del mercado: telefonía alámbrica, inalámbrica y datos, que provea además, las funcionalidades para satisfacer los requerimientos del negocio». Se trataba de la compra de un software a empresas privadas
.

La adquisición de un nuevo soporte informático sin los fuentes (programas base, a los cuales hay que recurrir cuando hay inconvenientes para tomar de ellos la información necesaria para corregir el sistema) ponía en riesgo la propia independencia del organismo, señalaba Sutel. Incluso, Antel se vería debilitada en lo concerniente a su infraestructura de técnicos, quienes tanto aportaron a la empresa y cuentan con una invalorable experiencia, decía el sindicato. En aquel momento se manejaba una cifra de U$$ 11 millones como el costo a pagar por el nuevo sistema de facturación a adquirir aunque no quedaba claro el procedimiento de estimación. Pero, los propios técnicos de Antel calculaban que se sumaba el mantenimiento anual, los incrementos por aumento de suscriptores o consumo, la capacitación necesaria en todo el país y el tiempo que tardará el pasaje de un sistema a otro, difícilmente el costo bajara de U$$ 40 a 50 millones, en un momento de aguda crisis económica para el país. Finalmente el costo llegó a los US$ 30 millones.

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