"Vieja enfermedad". Convocó a "tener la humildad intelectual de no creerse los dueños de la pelota"

Mujica atribuyó derrota chilena al "sectarismo" en la izquierda

«Es bueno analizar estas cuestiones: aprender con el dolor ajeno, prevenir los propios dolores, mirarse hacia adentro y decirnos que lo que les pasa a otros también nos puede pasar a nosotros», enfatizó Mujica.

Los problemas para consolidar la unidad de la izquierda son «eternos», nunca «estarán totalmente solucionados», y representan peligros «ante los cuales no se puede, ni por asomo, bajar la guardia», advirtió.

«Lo que le pasa a otros, también puede pasarnos a nosotros», comentó ayer en su audición diaria por la emisora M24, en un primer pronunciamiento respecto al triunfo de Sebastián Piñera.

«El oficialismo perdió; por poco, pero perdió», remarcó Mujica. Y subrayó que la derrota ocurrió a pesar del gran nivel de popularidad de la presidenta socialista Michelle Bachelet.

«Hace más de 20 años», argumentó no obstante Mujica, la coalición de centroizquierda realiza una «buena gestión» y «gobernó con mucho éxito para bien de mucha gente». Mujica atribuyó el triunfo de la derecha al «problema de unidad de la izquierda».

Mujica indicó que la centroizquierda que gobierna Chile tiene divisiones internas, y alertó que lo mismo podría sucederle al Frente Amplio. «¿Cómo es posible que pierda las elecciones un pacto político que logró desarrollar una sociedad y que tiene una señora presidenta con 80 y pico de apoyo popular?», se preguntó.

La experiencia de la derrota de la centroizquierda chilena «sirve para tener la humildad intelectual de no creerse los dueños de la pelota» cuando el progresismo está en el gobierno, dijo Mujica.

«La unidad entre fuerzas afines pero distintas no está lograda de una vez y para siempre, sino que siempre está en jaque», alertó. «La unidad se debe construir y custodiar permanentemente», añadió Mujica.

Opinó además que «la construcción de la unidad no es sólo una cuestión de palabras, o de conceptos teóricos, sino que es una cuestión de método y de respeto verdadero hacia las demás personas que componen una asociación de carácter político».

Argumentó también que la coalición centroizquierdista derrotada en Chile «ha padecido problemas con la unidad y, en consecuencia, ha tenido sucesivas separaciones de fuerzas que antes integraban» la llamada Concertación de Partidos por la Democracia, que proclamó el derrotado candidato Eduardo Frei.

Comentó además que preservar la unidad implica respetar las decisiones mayoritarias pero, acotó, que las resoluciones colectivas «no son absolutistas», y dijo que «la unidad nos obliga a tener proyectos que por ser comunes, son hijos de negociaciones, y requieren acuerdos».

Señaló en tal sentido que «la construcción del Frente Amplio, con un viejo sistema de alianzas y un programa de objetivos en común, carga en su maleta los peligros que conlleva el desarrollo de esa enfermedad congénita de la izquierda, que es el sectarismo».

«No podemos pretender que la sigla general que nos convoca esté subordinada al interés de nuestro sello que no tendrá desarrollo ni sentido sin el alero fundamental de la construcción colectiva», concluyó.

«Por el sectarismo se puede contribuir, sin proponérselo ni quererlo, a crear condiciones a favor de la derecha. Este caso chileno tiene mucho de eso», fundamentó Mujica, para quien «respetar a los demás es incluir la forma y los métodos con que se opera».

«Si cegados por el sectarismo y por el acceso de amor a nuestra pequeña divisa terminamos aislando a otros, nos estamos exponiendo a recibir respuestas parecidas», alertó.

Resaltó a la vez que «una fuerza progresista lucha por el Poder como un instrumento para alcanzar el objetivo de favorecer el interés de la mayoría de la sociedad». El objetivo es «propender a la justicia social, al desarrollo económico, a la equidad creciente», ilustró.

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