Rosadilla

"No descartar riesgo de una invasión"

El futuro ministro de Defensa Nacional, Luis Rosadilla, indicó que le preocupa la presencia de efectivos de EEUU en Haití por su «vocación casi genética de imperialismo y colonialismo» por lo que «no se pueden descartar los riesgos de una invasión militar».

El futuro secretario de Estado aclaró que no está molesto sino preocupado.

«No puede permitirse que la misión de Naciones Unidas quede apretada por tropas de un país que no forma parte de esa misión», señaló. «Si bien fue el gobierno haitiano quien solicitó esa presencia para garantizar la operatividad del aeropuerto, esa presencia ya generó tiranteces con varias Fuerzas Armadas de otros que cooperan con la ONU en Haití desde hace tiempo y la situación no es fácil», dijo.

Por otro lado, el futuro secretario de Estado señaló que se estudia la posibilidad de enviar más tropas a la misión: «Esto lleva primero un análisis desde la política internacional y luego una mirada de las capacidades operativas que sean requeridas para esa misión. Estamos analizando la posibilidad».

El lunes, el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, pidió al Consejo de Seguridad el despliegue adicional de 3.000 uniformados. Respecto a Uruguay, la ONU solicitó si podría contribuir con técnicos en identificación y reconocimiento de cadáveres. Sin embargo, a nivel militar, no hay personal capacitado en dicha disciplina.

Por otro lado, los restos del teniente Gonzalo Martirené, quien perdió la vida durante el terremoto que devastó al pueblo haitiano, se encuentran en Santo Domingo ­capital de República Dominicana­ a la espera de su repatriación. Por otro lado, la esposa de Daniel Varese, el otro uruguayo desaparecido junto con su hijo de tres años, viajó a Haití para colaborar en la búsqueda del ex futbolista.

 

Sofocó motín

A pedido de la Policía local, efectivos del Batallón Uruguay en Haití debieron intervenir en el control de un motín en la cárcel de Les Cayes, 180 kilómetros al sur de Puerto Príncipe, donde Uruguay desplegó una de sus bases. Los efectivos uruguayos no ingresaron al establecimiento carcelario sino que aseguraron el perímetro ante la posibilidad de que los reclusos fugaran. «Ningún efectivo uruguayo abrió fuego», aseguró el jefe del Departamento de Comunicación Social del Ejército Julio Micak. El incidente culminó con diez muertos entre la población reclusa y 16 fugados. Los cascos azules uruguayos conformaron un doble cerco de seguridad que impidió que existiera un mayor número de evadidos entre los 468 reclusos.

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