Movistar apoya el Plan Ceibal sin costo para el Estado

LA REPUBLICA fue invitada a visitar el centro principal de Proniño, ubicado en Malvín Norte. En la esquina de Avenida Italia e Hipólito Yrigoyen, donde antes existía un supermercado, está ubicado el centro principal de Proniño en Montevideo.

Es un lugar físico que instaló Movistar, con personal especializado, para que niños y maestros aprendan el uso de las tecnologías. El local fue inaugurado formalmente en 2009, en el día mundial contra el trabajo infantil. Existen dos salas con nueve computadoras para los niños o jóvenes liceales que allí van a complementar su educación, por la mañana o por la tarde. El equipamiento es moderno, con pantallas planas y PC de última generación, con emuladores de XO incluidos. El local cuenta también con una cocina, baños y una sala de recepción. «Por este centro pasaron más de 500 docentes y más de 13 mil niños en lo que Movistar entiende que es una forma de colaborar con un programa tan bueno como es el Ceibal», indicó el Ing. José Pedro Derrégibus, director de relaciones institucionales de Telefónica.

El año pasado, a pedido del Plan Ceibal y del LATU, se intervino en otras 48 escuelas que no se encuentran dentro del programa Proniño pero que necesitaban colaboración en cuanto a formación en el uso de tecnología.

Proniño es un programa de prevención y erradicación del trabajo infantil que Telefónica-Movistar viene desarrollando en Uruguay desde 2001. Este es el décimo año que se viene aplicando y se desarrolla en otros países de Latinoamérica, lo cual le da las ventajas de la sinergia. Buenas experiencias de otros lugares son aplicadas acá y viceversa. «Una de las cosas buenas que tiene Uruguay es su capacidad intelectual para generar iniciativas, por lo que muchas experiencias de acá se están aplicando en otros países de Latinoamérica», dijo el Ing. Derrégibus.

En 2001 se inició la experiencia de Proniño en Uruguay con 60 niños y ha ido aumentando sucesivamente la cantidad de cobertura. El año pasado se llegó a la cifra de 5.500 niños y este año se estima llegar a los 7.000. No sólo se trabaja en Montevideo, sino también en Canelones, Maldonado, Paysandú y Treinta y Tres. La tarea se desarrolla a través de ONG y organizaciones especializadas. Históricamente Telefónica-Movistar ha trabajado con Gurises Unidos, desde el año pasado con El Abrojo y este año se suman dos ONG más, todas ubicadas en zonas de contexto sociocultural crítico.

«Es un programa exitoso en cuanto a los resultados, para lo cual se requiere una apuesta económica importante. Este año vamos a disponer U$S 2 millones para este programa, lo que se vuelca a las organizaciones participantes, con objetivos determinados claros. Objetivos de cantidad de niños escolarizados, que tengan documentación, atención en salud. En muchos casos hacemos acuerdos con el niño y las familias, en los cuales cada parte se compromete a algo. En muchos casos se hace un aporte económico a través de una beca que sustituye el ingreso que el niño llevaba a su hogar con su trabajo. Queremos que ese círculo de pobreza se rompa, que el niño atienda su escolaridad y avance en su desarrollo personal», señaló Derrégibus.

Paralelamente se desarrolla otro tipo de actividades como la inclusión digital a fin de acortar la brecha para las áreas más desprotegidas de la sociedad. Para ello existen aulas móviles con parejas pedagógicas que van recorriendo las escuelas, con equipamiento de última generación, ayudando a los maestros en la utilización de las tecnologías.

Más recientemente Movistar firmó un convenio con el LATU y el Plan Ceibal para permitir que la red de antenas de la empresa pueda ser asiento para instalaciones de Ceibal en forma gratuita. Movistar cuenta con más de 400 puntos de trasmisión en todo el país, lo que exige inversiones muy importantes que se calculan en alrededor de U$S 130 millones. Los responsables del proyecto dijeron a LA REPUBLICA que no están para competir en esto con nadie sino para sumar y que el acuerdo firmado no es excluyente de nada. Sostienen que los objetivos comerciales de la empresa son totalmente independientes de la tarea de responsabilidad social en el trabajo con niños, docentes y familias de escasos recursos.