Mujica: "El clima de confrontación no hace otra cosa que envenenar la sociedad"

En su audición «Habla el Presidente», que se transmite por la emisora M24, el mandatario también habló de los días no trabajados y dijo que «tenemos que saber que cada uno de esos días significa restarle medios al porvenir».

El mandatario comenzó diciendo que al mirar los titulares de los diarios de estos días, uno se pregunta si existe alguna cosa que logre mayor concordancia entre los orientales que el apoyo a la camiseta celeste.

«¿Tendremos algunos puntos de acuerdo genéricos, de carácter nacional, que tengan la contundencia de nuestra esperanza para con la camiseta celeste? ¿Tendremos alguna comunión de cosas parecidas?», reflexionó.

En ese contexto, Mujica señaló que en el diario vivir de nuestra sociedad es obvio que se manifiestan «contradicciones y choques de intereses», que aparecen por todas partes, como consecuencia de la «enorme diversidad» existente y la «naturaleza contradictoria de muchísimas partes y partecitas que componen ese todo que llamamos pueblo, que llamamos sociedad».

En ese marco, Mujica hizo un llamado a utilizar «un recurso imprescindible y con mayúsculas» como es la negociación. «El otro camino es el choque, con la intención del aplastamiento. O tengo la razón entera o estamos solos», sostuvo.

Dijo que «la actitud de negociar, lleva en su base la necesidad de convivir, y la convivencia es el único camino para articular un margen de unidad común, que nos permita como sociedad sobrellevar ciertas empresas imprescindibles que nos son comunes. Esto implica, entonces, la actitud de negociar, que en buen romance es lograble, si se parte que de nuestros intereses logramos algo, pero no todo».

Para el mandatario, «negociar, en última instancia, va a ser siempre intercambiar mutuas conveniencias, de lo contrario, es imposible negociar». Consideró que negociar es una necesidad, porque «estamos bajo un techo común» y esta necesidad se deriva del interés general.

 

«Clima de confrontación envenena a la sociedad»

Mujica consideró que «lo más curioso» es que en los ámbitos donde no se logra una salida negociada, suelen quedar de «rehenes» los más débiles y muchas veces estos rehenes «no tienen arte ni parte en el asunto y se comen un garrón sin tener responsabilidad ninguna».

«Necesitamos como pueblo, como sociedad, seguramente respetarnos mucho más a nosotros mismos, querernos un poco más a nosotros mismos; necesitamos una visión mucho más íntegra y mucho más madura; necesitamos entender la mutua interdependencia, estemos donde estemos. Es natural, es inevitable, es como las arrugas que se nos vienen con los años, los conflictos aparecen allí donde hay vida, pero lo que es evitable es la resaca que suelen dejar conflictos, que es otra cosa». afirmó.

«Los conflictos hay que hacerlos negociables y darles salida. Y hay que preocuparse por cómo quedamos al otro día, si quedamos con resentimiento o quedamos con libertad, sin aplastamientos, sin ofensas, sin el cuchillo abajo del poncho, sin odio, sin mezquindad, esta es la cuestión», sostuvo.

«El clima de confrontación permanente, que pasa por episodios y vuelve a aparecer en cuanto se da una coyuntura, no hace otra cosa que envenenar la marcha de la sociedad y nuestra propia vida», enfatizó.

«No se trata de abdicar de los derechos o de la libertad, se trata de entender que todo tiene límite y que, obviamente, si estamos sólo para ganar y perder, nos olvidamos que los conflictos son coyunturales y por encima de los conflictos, lo más real de una sociedad es convivir», subrayó. Para Mujica, «el convivir de las cosas que son diferentes requiere el mutuo respeto». En otra parte de su alocución, el Presidente destacó la tarea de los uruguayos que llevan adelante empresas autogestionadas, en materia de proyectos productivos y de servicios, «donde los trabajadores no van a trabajar para otros, sino que trabajan tratando de construir equipos para sí mismos y asumen el riesgo de dirigir, sin depender, y asumen la nobleza de dirigir y de trabajar en equipo con sus iguales y promoviendo a sus iguales».

Destacó la «inmensa nobleza» de estos emprendimientos, porque «su rebeldía contribuye a multiplicar los panes de toda la sociedad».

«Y digo esto, porque ¿cuánto nos cuesta como país, como fuente de recursos, cada día de licencia, por las razones que fuera, que paramos la máquina laboral del país? Con todo el derecho que se pueda creer que se tiene, hay que reconocer que ningún valor es más importante que ese valor silencioso de acumulación, que significa el trabajo colmenar de una sociedad».

«Cada vez que se tiene que paralizar, por lo que fuera, es muy difícil cuantificar lo que se pierde. Esto no quiere decir que no tengamos que tener días de licencia, pero tenemos que saber que cada uno de esos días significa restarle medios al porvenir», indicó.