Ley carcelaria. Ayer comenzaron los primeros traslados de reclusos

Bonomi dijo que se transformó un tema trágico en un hecho político

El ministro del Interior indicó que la situación de las Cárceles en los últimos 25 años era conocida por todos y que el incendio en la cárcel de Rocha confirmó lo que ya se sabía.

«Hay instalaciones eléctricas en mal estado, existen las ranchadas y se utilizan calentadores casero». Dijo que, aunque se quiera romper el clima de diálogo, el acuerdo multipartidario se llevará adelante, porque se necesitan políticas de Estado. El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, se refirió a la interpelación que promueve el Partido Nacional, a la situación del sistema carcelario y, en particular, al incendio sucedido en la cárcel de Rocha, que ocasionara la muerte a doce reclusos.

El ministro indicó que la situación de las cárceles en los últimos 25 años era conocida por todos y que el incendio de Rocha confirmó lo que ya se sabía: «todos sabían que hay instalaciones eléctricas en mal estado, que existen las ranchadas y que se utilizan calentadores caseros». Agregó que el Ministerio del Interior procuró desde el primer momento comunicar la situación, «porque si uno no dice lo que pasa no lo puede solucionar».

Asimismo, el ministro indicó que la Ley de Emergencia Carcelaria aprobada el pasado martes 13 de julio dotará a la Cartera de 15 millones de dólares para afrontar la situación. «Tenemos la posibilidad de incorporar a 1.500 funcionarios para el control de las cárceles y la posibilidad de trasladar presos a cuarteles, que no la teníamos antes».Consultado sobre los tiempos de implementación de la Ley, el jerarca señaló que a partir de hoy se iniciará el proceso de transferencia de 40 presos de la referida cárcel hacia el cuartel de Rocha. «Además dimos la orden de reparar la Quinta Policial, en donde se agregarán, a los 15 presos que actualmente trabajan allí, los 40 presos trasladados».Por otra parte, Bonomi dijo que se ordenó cambiar los materiales con que se hacen «las ranchadas» y empezar a inducir (no a prohibir) a los presos sobre sus peligros. La iniciativa procura sustituir los materiales actuales de «las ranchadas» por materiales más rígidos y menos inflamables. «También se ordenó sustituir calentadores caseros por otros más seguros, gestión que está en marcha», agregó.

En relación con la presunta huelga de hambre que llevarían adelante 2.500 presos, dijo que la misma no es tal, ya que se desactivó cuando se logró la atención de los medios de comunicación. Respondiendo a la interrogante periodística sobre si la prioridad del gobierno es la inseguridad en las calles o en las cárceles, Bonomi señaló que la tragedia de Rocha, la situación de las cárceles y la seguridad en general no deben separarse. «Hay que explicar la política global de seguridad incluyendo el tema de las cárceles. El Partido Nacional me convocó a una interpelación sobre el tema de la cárcel de Rocha y yo contesté que iba a ir primero a Comisión General porque podía hablar de los tres temas».

Ante la interrogante de un periodista de que quizás no sensibilizó tanto a la población lo que sucedió en Rocha, en relación a la inseguridad en las calles, Bonomi se refirió a otro hecho: dijo que en lo que va del año hubo más incendios en asentamientos que en las cárceles. «Acá se habla sobre llamado a responsabilidad, llamado a interpelación y llamado a sala (sobre el episodio de la cárcel de Rocha) y nadie habla de la señora de treinta años, el hijo de cuatro y la hija de uno que murieron el lunes de mañana en un asentamiento de mi barrio».

Agregó que tampoco se habla de la persona mayor de edad que murió ayer en el barrio Marconi. «Nadie dice que en todos estos incendios las puertas estaban abiertas y no pudieron salir, porque cuando se prenden fuego determinados materiales producen gases tóxicos que no permiten ni siquiera la reacción». No pudieron salir con la puerta abierta porque se asfixiaron antes, explicó. «A mí me preocupa cuando un tema que es trágico se lo transforma en un hecho político», enfatizó. «Fue como cuando me llamó Borsari a Comisión y Cardoso dijo que no era la hora de cobrar cuentas, sino que era la hora de preocuparse de las víctimas, y dos días después me convoca a una interpelación», subrayó el ministro.

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