Sin faltas. Sistema político en su conjunto rindió tributo al cuarto de siglo de democracia (1985-2010)

"A todos nos faltó algo"

El poeta inglés Lord Byron decía que todo recuerdo viene acompañado de tristeza. Mientras las remembranzas de cuestiones dolorosas de por sí ya los son, los recuerdos de los buenos tiempos también, porque éstos ya se han ido y para tristeza íntima o quizá compartida, ya no volverán.

Si bien lo acontecido anoche tenía otra génesis y no la intención de evocar nostalgias (o tal vez sí), algo de ello se vivió ayer en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo al inaugurarse el ciclo de actividades conmemorativas de los 25 años de democracia, organizado por el Partido Colorado.

«Mirar atrás, para hallar en los hechos del pasado las claves del presente» es la frase iniciadora elegida en el texto convocante a esta actividad y a la que ayer adhirieron cientos de uruguayos que por dos horas colmaron el vasto recinto del parlamento.

Asistieron uruguayos y extranjeros, muchos protagonistas de primea línea de los hechos políticos y sociales acontecidos hace 25 años atrás, aunque todos en mayor o menor grado testigos sin exclusiones de lo que se forjó hace un cuarto de siglo.

La atención se centró en las figuras que el evento logró aglutinar: el ex presidente de Brasil José Sarney, el diputado de la Unión Cívica Radical de Argentina Ricardo Alfonsín, hijo del primer presidente que tuvo la recuperada democracia del vecino país, y los ex presidentes uruguayos Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle, Jorge Batlle y Tabaré Vázquez. El actual mandatario, José Mujica, también estuvo presente transformándose, y sin querer, en el corolario de aquél proceso democrático que a pesar de los pesares había comenzado ni bien se instaló la dictadura a golpes de sol y de agua.

«A todos nos faltó algo y quien diga lo contrario no está teniendo una visión real de la situación» le comentó en un momento a este diario el ex presidente Sanguinetti al ser consultado sobre qué elemento faltó en su primera administración a 25 años de ocurrido. «Pero el balance es extraordinario ­agregó- porque reconquistamos la democracia en paz y la plena vigencia de los Derechos Humanos».

Uno de los últimos en llegar al Palacio fue el ex presidente Jorge Batlle. Histriónico, saludó a todo aquél que se le ponía adelante. Frente al presidente Mujica le preguntó: «¿acertó alguno ayer en el Hipódromo?», lugar adonde el mandatario concurrió a presenciar el premio «presidente de la República». La respuesta fue del mismo tenor: «no, ayer había que jugarse a los barreros» le dijo.

El ex mandatario Tabaré Vázquez, que concurre por primera vez a un evento político nacional desde que dejó el cargo, le propuso a Batlle que «ya que estamos todos reunidos podríamos formar un sindicato de ex presidentes». Obviamente la respuesta fue, de lo por hecho.

Secretarios de Estado, senadores, diputados, integrantes del cuerpo diplomático, representantes municipales y líderes políticos entre otros no faltaron a la cita. Sí se notó la ausencia de efectivos del Ejército y de la Marina. Únicamente estuvieron representantes de la Fuerza Aérea, entre ellos, el comandante general José Bonilla.

Luego de entonar las estrofas del Himno Nacional y ante un Salón de los Pasos Perdidos repleto de público, el primero en hacer uso de la palabra durante el lanzamiento de las actividades conmemorativas de los 25 años de la restauración democrática del Cono Sur, fue el senador y secretario general del Partido Colorado, Pedro Bordaberry.

El parlamentario dijo que el Partido Colorado fue un actor «principalísimo» del retorno a la democracia, aunque reconoció que «no fue el único». Destacó los aspectos positivos de los 25 años del retorno a la vida democrática en el Uruguay tiempo en el cual hubo seis presidentes y todos ellos asumieron por la libertad del voto secreto y todos ellos «cumplieron su mandato hasta el final».

El legislador colorado también remarcó que los tres partidos del espectro político uruguayo se «han alternado en el ejercicio del gobierno» por voluntad de la gente y «nunca hubo un amague de golpe de Estado». También remarcó que en los 25 años hubo varios plebiscitos y convocatorias populares y el país debió enfrentar varias crisis sin que ello derivara en una eventual desestabilidad.

Bordaberry también destacó que en el actual gobierno de José Mujica, todos los partidos políticos con representación parlamentaria están presentes en la administración.

«La democracia no es simplemente una institucionalidad, es una verdad de destino, único modo de ser ciudadano de esta República que antes de tener un pabellón ya era una democracia», remarcó. En ese sentido dijo que la democracia es una razón de ser y un motivo de conmemoración.

Finalmente Bordaberry sostuvo que quizás en estos años «hemos discutido lo que estaba mal, y hemos hablado muy poco de lo que estuvo bien».

El presidente del Directorio del Partido Nacional y senador Luis Alberto Lacalle, quien ejerció la presidencia de la República, entre los años 1990 y 1995 destacó el alto honor que le significó poder hacer uso de la palabra en un acto organizado por el Partido de Fructuoso Rivera, Joaquín Suárez y José Batlle y Ordóñez.

Durante su exposición el ex mandatario remarcó una de las grandes virtudes del sistema democrático uruguayo donde el sufragio es el «cimiento y cúspide de las grandes construcciones nacionales».

«Planta de aclimatación»

Lacalle recordó en lo que fue la lucha por la democracia en el Uruguay a dos figuras extintas: Líber Seregni, líder histórico del Frente Amplio, y «especialmente Wilson Ferreira Aldunate» por ser el referente del Partido Nacional.

El presidente del Directorio nacionalista ejemplificó que la democracia es una «planta de aclimatación» porque su semilla viene desde muy lejos en el tiempo y siempre debe velarse por ella.

También señaló que el gobierno dictatorial no puedo hacer otra cosa que reconocer que había sido derrotado el proyecto oficialista en el plebiscito de 1980 que dijo no a una reforma constitucional propuesta por el régimen.

Dijo que en el Uruguay existen dos pilares que han forjado la democracia: la educación ­por sus características de gratuidad, laicidad y obligatoriedad; y los partidos políticos.

También recordó que en el Parlamento, luego del retorno a la democracia, se lograron votar tres leyes de paz: «la de Amnistía, la de Restitución de funcionarios públicos y la de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado», las cuales a su entender pueden haber sido «imperfectas» pero eran «lo posible».

De todas maneras Lacalle recomendó permanecer vigilantes, cuidar lo que tenemos y no dejar de lado el derecho ajeno. A la vez pidió fortalecer a la Suprema Corte de Justicia la cual debe tener mayor presencia y más rapidez en las declaraciones de inconstitucionalidad cuando estas se presentan porque es un componente esencial de la democracia.

«Tenemos que dedicarnos a fortalecer esa democracia. Y seguramente todos los que aquí estamos nos llevaremos ese mensaje», puntualizó.

En declaraciones públicas, Lacalle dijo que «a veces hay que involucrarse un poquito más, leer los programas, averiguar el por qué y participar, porque la democracia es como una bicicleta hay que pedalear para que se mantenga funcionando y eso no es tarea sólo de los políticos, sino que es de todos, porque mejores ciudadanos hacen mejor democracia».

Al ser consultado acerca de si el Pacto del Club naval entre civiles y militares pudo haber propiciado el «cambio en paz» al cual siempre ha hecho referencia el ex presiente Julio María Sanguinetti, prefirió no hablar de dicho acuerdo, tema con el que el Partido Nacional tuvo una posición contraria. «No vengo a hablar de lo que nos separa porque no sería de buen gusto», dijo.

Democracia: tarea colectiva

A su turno, el presidente del Frente Amplio, Jorge Brovetto calificó el ciclo de actividades conmemorativas de los 25 años del retorno a la dem
ocracia como una «actividad oportuna y de profundo contenido histórico».

Resaltó la importancia histórica de la democracia, lo que significó la reconquista de la restauración de los derechos y obligaciones para todos los ciudadanos». Por ello indicó que es una «obligación ética y política» valorar el recuerdo de la recuperación democrática, porque la democracia es una «tarea colectiva».

Brovetto dijo que la «diversidad es una parte esencial de la democracia y que, por tanto, hace a su fortaleza». A la vez expresó que es la misma diversidad es la que representa la existencia de los partidos políticos y que la democracia es una parte ineludible del componente civilizatorio. Asimismo, enfatizó que son «impensables» los países del Cono Sur sin democracias fuertes.

Recuerdos y compromisos

en los últimos tres oradores

El ex presidente Julio María Sanguinetti fue quien retomó la parte oratoria luego de proyectado un video en el que ser recordaban pasajes históricos de finales de la dictadura y comienzo de la democracia en nuestro país. Sentenció en su discurso que «nos convoca la historia y no sólo la memoria porque la historia es la sumatoria de todas esas memorias».

Sanguinetti, en su condición de primer presidente tras la dictadura y protagonista de los sucesos que desencadenaron la apertura democrática, recordó que «en 1985 fueron momentos de reconciliación y, como hoy, en aquel 1º de marzo estábamos todos juntos». «Ninguna cosecha puede ser más generosa que los 25 años de libertad» rubricó en su intervención.

 

Alfonsín (h)

El diputado de la Unión Cívica Radical de la República Argentina , Ricardo Alfonsín, que participó en representación de su extinto padre, el ex presidente Ricardo Alfonsín muerto en el 2009, recordó «los lazos de amistad» que mantuvieron en aquellos años «mi padre y los presidentes José Sarney y Julio María Sanguinetti, trabajando siempre en conjunto».

Destacó que «las nuevas generaciones quizá no valoren el esfuerzo realizado en la reconquista de la democracia», subrayando «los problemas en materia de Derechos Humanos, económicos y sociales».

«La diferencia entre dictadura y democracia podía ser la diferencia que hay entre la vida y la muerte», señaló.

 

Sarney

Finalmente, el ex presidente de Brasil y hoy senador José Sarney, hizo hincapié en su discurso sobre «la obra maestra de ingeniería política conducida por (Julio María) Sanguinetti», ex presidente al que calificó de «patrimonio del Uruguay».

Sarney que hizo gala del conocimiento que tiene de la política, las artes y la historia de nuestro país, reivindicó el papel del Mercosur «porque para nosotros el Mercosur es hasta que la muerte nos separe» y propuso que su país «por su tamaño debe pagar el mayor precio» en el bloque regional.

Sarney recomendó como política en la región «no caer en embrollos ni en temas menores como en el de las papeleras».

Saludó a José Mujica «por su historia marcada por a lucha, la coherencia y el compromiso» y dijo estar «orgulloso por el presidente Lula, su liderazgo y su capacidad política. Es un símbolo de la democracia».

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