Contralmirante Caramés. Anunció medidas correctivas en acto de asunción como Comandante en Jefe

Armada apelará a la "indulgencia de la sociedad" para superar grave crisis

En un evento protocolar realizado en la Escuela Nacional Naval, asumió ayer como nuevo Comandante en Jefe de la Armada el contralmirante Alberto Caramés, luego que transcurrieran 20 días de la renuncia que presentó al cargo el contralmirante Oscar Debali.

El ex jefe castrense presentó su renuncia al conocerse la detención de su sobrino, finalmente procesado por una maniobra irregular en la Armada. Si bien la investigación judicial aun no ha culminado, hasta ahora se han dictado seis procesamientos (cuatro con prisión y dos sin prisión), entre ellos, el del ex jefe de la Armada Juan Fernández Maggio.

En momentos en que se desarrollaba el evento, el presidente José Mujica se reunía en la residencia de Suárez y Reyes con ex comandantes de la Armada y almirantes.

En estos 20 días, el contralmirante Hugo Viglietti fue designado en forma interina como encargado de despacho del Comando General de la Armada. En el acto de ayer estuvieron presentes legisladores de todos los partidos políticos, el presidente del Frente Amplio, Jorge Brovetto, los comandantes José Bonilla (Fuerza Aérea) y Jorge Rosales (Ejército) además de los contralmirantes Hugo Viglietti, Federico Lebel, Manuel Burgos y Leonardo Alonso. Luego de entonadas las estrofas del Himno Nacional, Rosadilla impuso en el cargo a Caramés y con posterioridad hizo uso de la palabra.

El secretario de Estado reconoció de inmediato el papel que le cupo a la oposición que desde hace 90 días «acompañó» el proceso de la Armada con «un enorme sentido patriótico y democrático cumpliendo su papel, pero fundamentalmente valorando y sosteniendo la institucionalidad del país».

Rosadilla había citado a cada uno de los líderes de la oposición a su despacho ministerial para informarles sobre su decisión de promover a Caramés.

Ayer el jerarca remarcó las «firmes» convicciones de la oposición en su papel y en sus derechos, pero más firmes en la necesidad de defender «instituciones como la Armada, ante las contingencias vividas».

También reconoció a oficiales de la Armada que en medio de las peores situaciones y sobrellevando duras condiciones personales se sobrepusieron y aportaron «ideas, trabajo, esfuerzo y soluciones».

«Estamos frente a un hecho históricamente gravísimo, este no es un hecho más. Marcará a la Armada Nacional en su historia y no sabemos cuánto tiempo demoremos, como nación, para reponernos de esta grave crisis que se ha instalado. No se ha tratado de ninguna operación psíco ­ política, ni de desprestigio, ni de sometimiento a condiciones generadas artificialmente», indicó. Rosadilla remarcó que la realidad pura es que ha habido un «proceso tremendo de deterioro y se ha destrozado una rica historia y tradición por parte de un puñado, minoritario pero significativo en la estructura de la Armada».

El secretario de Estado aseguró sentirse «conmovido, angustiado y agobiado» por lo que le toca vivir, pero aclaró que no lo mueven otros intereses que el de «salvaguardar a la institución». Asimismo, remarcó que hubo «especulaciones sobre revanchas baratas o pequeñeces que son solamente eso, especulaciones sin fundamentos».

En tal sentido, remarcó que desde el Ejecutivo se ha actuado con la «mayor de las lealtades» hacia una institución perteneciente al patrimonio del país.

Medidas correctivas

A su turno, Caramés dijo que las irregularidades marcan uno de los momentos «más traumáticos de la Armada en su historia». Se comprometió a asumir «todas y cada una de las responsabilidades» que le competen.

Dijo que la falta de medios y oportunidades y una escasa relación de confianza con el sistema político «no contribuyeron a la transparencia en los procedimientos». Agregó que los integrantes del mando naval no tuvieron la visión de percibir que el «apartamiento de la normativa podía llevar al desarrollo de una serie de costumbres y hábitos reñidos con el debido desempeño de la función pública».

Caramés cuestionó que las conductas y procedimientos conocidos han llevado a una «distorsión de la naturaleza y composición del inventario de los bienes del Estado».

El jerarca castrense dijo que la «mala praxis administrativa en las diferentes etapas de la ejecución del gasto dio lugar y oportunidad a potenciales conductas delictivas». De todas maneras remarcó que los encausados constituyen una «ínfima minoría» y no reflejan el accionar de toda la Armada que se compone de más de 5.000 efectivos. Al reconocer los hechos también apeló a la «reconciliación hacia la sociedad de la que la Armada es vieja y leal servidora».

«Es nuestro compromiso público y sincero proceder con el máximo rigor y empeño para revertir la situación en forma radical», remarcó.

Aseguró que se aplicarán múltiples medidas correctivas. Entre ellas destacó: «la rotación y selección de funcionarios que tienen entre sus cometido la administración de bienes estatales, auditorías y controles permanentes de los procedimientos financiero ­ contables, realización y actualización de un veraz inventario de los bienes del capital institucional, seguimiento de los procedimientos de adquisición. Asimismo se buscará la capacitación del personal afectado a las tareas para desarrollar la convicción de cuidar los dineros del Estado gastando lo necesario».

Caramés agregó que se auditarán sorpresivamente los procedimientos licitatorios con el propósito de que se realicen en forma transparente y amplia, erradicando la oportunidad de favoritismos en beneficios de pocas empresas, y un control del depósito en el sistema integrado de información financiera. Expresó que debe quedar claro el compromiso de los componentes del personal superior y subalterno, en quienes se haya depositado la responsabilidad de administrar procedimientos y bienes, el que deberá ser total». Caramés también se comprometió a darle un «fuerte golpe de timón», parafraseando términos marineros, a la Armada para poder «encauzar la nave en el rumbo debido».

«Pediremos comprensión a la ciudadanía y apelaremos a la indulgencia de la sociedad», puntualizó el comandante.

 

«USTEDES SON RESPONSABLES»

«Que nadie crea que la Armada ha estado en estos días ocupando la atención de la prensa, en las tapas de diarios o en las apertura de los informativos de medios audio visuales de comunicación por capricho de alguien, sino que ha sido por responsabilidad de la Armada Nacional», aclaró el ministro de Defensa, Luis Rosadilla.

A la vez, añadió que así también es responsabilidad de la Armada salir de esta situación. «Es responsabilidad de ustedes señores oficiales, como lo es también la de asegurar el futuro. Es la Armada una institución señera, patrimonial del Uruguay, insustituible y única con responsabilidades intransferibles».

«A los oficiales, ante los complejos momentos que les toca vivir, los convocamos a asumir, cada uno desde su responsabilidad, la duplicación de los esfuerzos; al sistema político todo al que reconocemos el trabajo, le pedimos seguir acompañándonos, lo que significa estar cerca y no avalar cualquier cosa; y a la ciudadanía, el mensaje de que la mejor forma de defender esta institución es defender la verdad ante cada hecho que parezca una desviación o delito. Seremos inflexibles en su esclarecimiento, pero también seremos mucho más en el fortalecimiento» dijo Rosadilla.

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