Presidente Mujica. Tiene la facultad, pero "no la voluntad política" de enmendarle una decisión al Parlamento

"Veto no, pero redistribución sí"

En la audición «Habla el Presidente», que se trasmite por la emisora M24, el mandatario dijo que está en contra del veto como institución y este pensamiento «es una cuestión de principios, es nuestra manera intelectual de ver el ordenamiento institucional del país».

Mujica comenzó haciendo referencia a lo que atribuyó a un error de los medios de prensa. «Hoy tenemos que anotar, que una vez más, y van no sé cuántas, han salido algunas informaciones que consideramos francamente equivocadas, y que en el fondo agreden nuestra manera más íntima de pensar, y que más de una vez hemos colocado ese pensamiento en la consideración pública».

«Ayer (lunes) se difundió que en la Cámara de Representantes, que está discutiendo el presupuesto oportunamente presentado por el Ejecutivo, habría ambiente para aumentar en cierta medida el gasto público en alrededor de unos 25 millones de pesos», comentó Mujica.

«Y se ha difundido hoy (ayer) que nosotros, ante esa eventual decisión, la vetaríamos. No es francamente así; esto no tiene nada que ver con la realidad y con lo que nosotros afirmamos en parte del Consejo de Ministros», explicó el mandatario.

«Oportunamente, cuando el Consejo de Ministros le presentó a la nación el proyecto de presupuesto que había elaborado, dijimos no solo en nombre propio sino en nombre de todo el Consejo de Ministros, pensábamos que se había dado y ofrecido a la nación todo lo que sensatamente podíamos medir, que teníamos y que, por lo tanto, no habría mensaje complementario», recordó.

«De entrada dijimos que el gasto era ese y que no nos guardábamos nada.

Se nos acusó por un lado de tacaños, pero por el otro lado de optimistas, en el mejor de los casos. Pero nuestra decisión fue calibrada y dijimos lo que francamente pensábamos», señaló.

 

«No vamos a vetar»

«Pero de ahí, a que si el Parlamento decide en algún inciso gastar más, nosotros no vamos a vetar, porque ­ya veremos y lo hemos dicho­ estamos contra el veto como institución», enfatizó Mujica.

«Lo que podemos hacer y lo que seguramente vamos a intentar hacer, es lo que ya hemos hecho en el transcurso de la discusión presupuestal: redistribuir distinto. Quiere decir que si en un lugar aumentamos el gasto, lo haremos a expensas de quitarle a otros», anunció.

«Lo que podemos hacer es una redistribución distinta, pero nunca vetar la decisión que pueda tomar el Parlamento. Que legalmente estamos habilitados a vetar, sí, ese es un recurso jurídico y que muchos gobiernos han aplicado», argumentó.

«Pero nosotros, que hemos sido parlamentarios largos años, que consideramos que el Parlamento, como cualquier construcción humana tiene sus defectos, porque no puede ser de otro modo, pero que en última instancia es, esencialmente, el máximo escalón de representación democrática que puede tener un país que se considera república representativa, el Parlamento como tal, como institución, es esencialmente la máxima representación de la democracia y nosotros no creemos, que por ser cabeza del Ejecutivo, podamos hacer uso de un instrumento que consideramos que choca contra esa representación de la democracia», sostuvo el Presidente.

«Es una manera de pensar; lo hemos dicho claramente. Tendría que ser una circunstancia extrema, y no creemos que nos podamos encontrar en alguna coyuntura de ese tipo. No nos consideramos con derecho para enmendarle la mano al Parlamento, aun cuando podamos tener hondas diferencias o discrepancias. Esto es una cuestión de principios; es nuestra manera intelectual de ver el ordenamiento institucional del país», precisó.

 

«Nos bancaremos»

«Que tenemos la posibilidad jurídica ¡ah, si, si, sí! Pero lo que no tenemos es la voluntad política, que es esencial», sostuvo Mujica. «Por eso, por esta manera de ver el juego de las instituciones, no podemos, por una discrepancia que podamos tener, como es el caso, acudir a establecerle el veto a una decisión que pueda tomar el Parlamento por mayoría», afirmó.

«Nos bancaremos y utilizaremos los mecanismos posibles de redistribución del gasto y todos lo tenemos que saber. Así son las cosas y así es la realidad por la que transitamos», sostuvo el mandatario.

«Una vez más nos estamos estrellando contra los duendes de la noticia. De la noticia que no es veraz a cabalidad y trasmite cosas que están muy lejos de nuestra manera de pensar», indicó.

«Para todos resulta obvio que la libertad de prensa es un valor; un valor a cuidar y a cuidarlo entre todos. Pero en su aplicación práctica, la libertad de prensa expresa también las limitaciones que instrínsecamente tiene una sociedad. Porque ¿cómo cuidarnos de los errores de la prensa? Errores que, aun con buena fe, son inevitables, como inevitables son los errores en los pasos que damos los hombres y las mujeres», opinó.

«Sé que hay una legislación, hecha con buena intención, que busca amparar a aquellos que eventualmente se puedan sentir perjudicados. Esa legislación existe, pero en la práctica real es como si no existiera. Consideramos que mover esos mecanismos, pocos resultados dan. Y es por eso que en algún momento hemos dicho por ahí, un tanto en sorna, un tanto como tomando el pelo, que la mejor ley de prensa no existe, porque esta afirmación última que acabo de hacer, en el fondo no es cierta, pero la realidad funciona como si no tuviéramos la más mínima garantía», enfatizó.

«Una vez que te fusilaron con una noticia, andá a llorar al cuartito. Y esto se mantiene desde los tiempos de Pueyrredón y desde antes».

 

«Costos inevitables»

Mujica dijo que «un ejemplo dramático de estos días», en cuanto a informaciones erróneas de prensa, fue cuando «en el fragor de la última campaña electoral, a pocos días de su desenlace, donde nada más y nada menos que se disputaba el Ejecutivo del país, en plena campaña electoral, proliferaron los ataques directos e indirectos que nos vinculaban al caso Feldman».

«¡Vaya que fueron torrentes de noticias! Y torrentes de noticias construidas, afirmadas y difundidas en ese preciso momento, con una deliberada intención de operar sobre la realidad y las íntimas decisiones de la gente», se quejó.

«Pasó el tiempo, la Justicia hizo su trabajo y ahí está su laudo. ¿Alguno nos ha pedido humildemente disculpas? ‘Señor, nos equivocamos muy feo, se nos fue la mano’ o algo por el estilo. No, nadie, absolutamente nadie», señaló.

«¿Pero, cómo equilibrar aquella atmósfera, en aquellos días?, ¿qué ley nos podría reparar?, ¿qué recurso nos podría reparar? Estos son los inevitables costos que tiene la lucha política, y uno llega a la conclusión de que seguramente tiene que haber barreras jurídicas, que tiene que haber algún tipo de regulación y tiene que haber algún tipo de amparo en los ciudadanos, pero en el fondo más real de la vida de una sociedad, la verdadera garantía está en la calidad de esa sociedad».

«La verdadera garantía está en el desarrollo cultural y del conocimiento de sus ciudadanos, del libre albedrío de cada conciencia, que no se deje intimidar o arremolinar, por gritos fuertes de medios de prensa fuertes, que insisten con campañas machaconas», enfatizó.

«Y por suerte el Uruguay tiene bastante de esa madurez de libre albedrío. No es fácil que el pueblo uruguayo se coma la pastilla y eso no es calidad de las leyes de prensa, ni mucho menos calidad de la prensa uruguaya, eso es madurez política y sociológica de la sociedad uruguaya, que hay que seguirla cultivando y ahondando en todo lo posible, porque en el fondo es la máxima garantía en el camino de la libertad», concluyó.

 

LO QUE DIJO Y NO DIJO

Durante la reunión del Gabinete Productivo del pasado lunes el ministro de Economía Fernando Lorenzo se refirió al Presupuesto Nacional, y dijo que no estaba de acuerdo con las modificaciones planteadas por los diputados de otorgarle más recursos al Poder Judicial y a la Corte Electora
l (cerca de $ 20 millones), porque para él ello significaba un «incremento del gasto» y ya se había puesto todo en la norma presupuestal, por lo cual no se podía incrementar el total, si bien de todas maneras se trata de una cifra reducida. Por su parte, Mujica dijo que efectivamente se había puesto todo en el Presupuesto y que no era partidario de incrementar el gasto, pero que respetaba el rol del Parlamento. De todas maneras, el mandatario indicó que realizaría un llamado a los parlamentarios a que procedieran a un uso con responsabilidad de los recursos para no aumentar el gasto, pero no se refirió a la posibilidad de vetar el artículo en el caso de que el mismo resultara sancionado en algunas de las cámaras parlamentarias. En el caso de que prosperara la propuesta de los diputados, la redistribución implica quitarle a un inciso del Presupuesto para otorgarle a otro, y el afectado en este caso sería el Ministerio de Transporte, recortándose las obras en infraestructura. El ministro de Transporte, Enrique Pintado, propuso por su parte, que se eligieran qué obras no iban a poder realizarse para poder destinar más recursos a otros incisos, pero varios ministros intervinieron para expresar que ese no era un buen camino. En tal sentido, el presidente Mujica se refirió a la experiencia del Presupuesto anterior, que se elaboró durante el gobierno de Tabaré Vázquez, cuando desde el Parlamento se propuso incrementar los recursos para la Educación y en aquel caso el entonces presidente recomendó redistribuir pero no incrementar al gasto.

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