Mensaje. "No hay que confundir ciudadanía con teleaudiencia"

Tabaré Vázquez, el retorno del cacique

Tabaré Vázquez habló sobre Uruguay y la situación del Frente Amplio en un acto del Partido Socialista, con motivo de los festejos por los 100 años de su existencia.

La idea original de los organizadores era tener una jornada de reflexión con una mirada estratégica sobre los desafíos de las izquierdas latinoamericanas: «El progresismo en el gobierno: experiencias y desafíos», fue el título convocante.

Luego de que hablara el gobernador rosarino Hermes Binner, Vázquez sorprendió al público presente que desbordó la Sala Azul de la Intendencia de Montevideo, cuando dijo que no se iba a referir al tema, pero que tampoco iba a incursionar en política, cosa ­ esa última ­ que finalmente no ocurrió, por lo menos parcialmente.

Esta vez no fue un discurso leído, como hace Vázquez en ese tipo de reuniones, porque lisa y llanamente no llevó papel. Prefirió tomar el micrófono y caminar sobre el escenario, como si estuviera en campaña electoral o en un Consejo de Ministros abierto.

Fue así que comenzó lentamente a comunicase con el auditorio, con los mismos gestos de tiempos pasados. La gente, mayoritariamente socialista, comenzó a corresponderle con aplausos y hasta con algún grito de apoyo, pero también de propuesta.

«Más comités de base, Tabaré», se escuchó desde el rincón derecho de la parte alta, en el momento que el ex presidente de la República reclamaba más militancia del Frente Amplio.

Vázquez lo miró, bajó el micrófono, pensó unos segundos y le respondió reafirmando la idea de la necesidad de la movilización de los frenteamplistas y de los comités, pero redoblando la apuesta:

«También más comités de base virtuales». Con esas pocas palabras se metía en la interna del FA a pocos días de que se realice un Plenario Nacional donde, entre otros temas, está el de la estructura de la coalición de izquierdas.

Las dos últimas terceras partes de su discurso, fueron las propias de un cacique que parecía retornar a la tribu porque desde el otro lado del bosque llegaban noticias preocupantes.

Llegó a la tribu, pero no para anular al cacique que en este momento es el encargado de gestionar el poder. Por eso convocó a la defensa del gobierno nacional «que es nuestro gobierno, el que votaron los uruguayos: este gobierno es mi gobierno porque yo lo voté y José ‘Pepe’ Mujica es mi presidente A José Pepe Mujica, mi presidente, yo lo defiendo como hay que defender a todo el gobierno, como hay que defender al Frente y al movimiento político sin vergüenza, sin obsecuencia, con decisión. No es cuestión de decirle todo que sí al gobierno nacional. Le decimos que sí cuando estamos dentro del programa y dentro de los planteamientos de la fuerza política, que es lo que está haciendo nuestro compañero Mujica y los compañeros que integran el gobierno nacional.

Pero cuando tengamos alguna discrepancia tenemos que tener también la libertad de analizar, de discutir, de pensar, de opinar, de tratar de colaborar para torcer un rumbo que a veces puede ir en una dirección que no es la más adecuada.

Cada cual desde su responsabilidad, cada cual desde el lugar donde lo tiene que hacer, sin hacer de esto una competencia mediática. No hay que confundir ciudadanía con teleaudiencia».

Tuvo señales también para los indios de la tribu que muchas veces con razón y otras no tantas, reclaman mejores condiciones de vida y que el actual cacique profundice la distribución de la riqueza que se ha generado en forma creciente en aquellas tolderías.

«Reflexionemos uruguayas y uruguayos, no matemos a la gallina de los huevos de oro una vez más», enfatizó Vázquez y agregó que «no tiremos infinitamente de la piola, porque un día se rompe y en una sociedad como la nuestra, cuando la piola se rompe los que más sufren son los que menos tienen».

Para el expresidente la clave para seguir avanzando como sociedad, está en la unidad del Frente Amplio. «Defendamos a nuestro Frente, defendiendo su unidad, la unidad», dijo.

Si esa unidad se resquebrajara, alertó sobre la posibilidad de que se produjera un retroceso similar al ocurrido en Chile, donde ganó la derecha las últimas elecciones nacionales. «Si hubiera faltado la unidad, no habríamos llegado al gobierno y si falta en el futuro, vamos a perder la posición que tenemos», aseguró.

Una vez finalizado el acto la frase que más se escuchó fue «lo extrañábamos», para de inmediato dar paso a la polémica sobre si había dado la señal de que volvía o no a la práctica política cotidiana.

Seguramente no fue el anuncio del retorno definitivo, pero no dejó dudas de que seguirá detrás del bosque que rodea a la tribu, pescando y escuchando lo que pasa en las tolderías.

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