Entrevista. Agregado de la Embajada de EEUU vaticina aumento de la cooperación militar

Posición de Uruguay contraria a la inmunidad para militares, "no afecta" relación con EEUU

Bajo su jefatura están la Oficina de Cooperación y Defensa y la Agregaduría de Defensa. El miércoles, Berges recibió a LA REPUBLICA en su despacho de la sede diplomática en Montevideo, con vista al Río de la Plata.

En la entrevista, confirmó el arribo, el 14 de marzo, del subsecretario de Estado adjunto para Asuntos Hemisféricos de EEUU, Frank Mora. A partir de este «diálogo estratégico» entre ambos países, estimó Berges, se incrementarán los acuerdos de cooperación en materia de Defensa. «Estoy seguro que después de esas conversaciones vamos a aumentar el área de Defensa», afirmó. La visita de Mora al Uruguay supondría posibilidades de adquisición de material y equipamiento con facilidades, que Uruguay requiere para reequipar a sus fuerzas, sobre todo, en la Armada Nacional. En materia de ventas militares, Berges confirmó el interés de Uruguay en la adquisición de un buque, no de gran calado, y de 4 helicópteros, además de equipamiento de diverso tipo para las misiones de paz.

­¿Cuáles son los cometidos de la oficina que usted dirige en Montevideo y desde cuándo ocupa este cargo?

­Yo estoy ocupando este cargo desde agosto. En realidad, estoy a cargo de dos oficinas aquí en la embajada. Una de Cooperación y Defensa, que se encarga de los intercambios, ejercicios, cursos y convenios militares con Uruguay. Y estoy a cargo de otra oficina que es la Agregaduría de Defensa, que trata todos los asuntos protocolares de Defensa. También soy agregado aeronáutico, entiendo en cualquier asunto que vincule a ambas Fuerzas Aéreas. Pero nuestro trabajo básicamente está dividido en dos áreas: Agregaduría y otra de Cooperación-Seguridad.

­ ¿Es común en su país que esta oficina esté a cargo de un oficial de la Fuerza Aérea?

­En Estados Unidos, por la cantidad de actividad en el mundo, nos hemos dividido, pero dentro de la embajada, a veces ha habido cierta confusión, sobre si hay dos coroneles quién está al mando, entonces se decidió tener un solo jefe. O sea, son dos oficinas separadas, con misiones distintas, pero un solo jefe. Si es un tema de ventas militares, hablan conmigo, si es un tema de cooperación hablan conmigo.

­Le pregunto sobre su carrera militar, sus anteriores destinos.

­Comencé trabajando en las bases aéreas asentadas en el norte de Estados Unidos, en el Comando Estratégico Aéreo. Y ahí empecé en el área logística. Siendo oficial joven, capitán, trabajé en Panamá, con aviones A-37 ­que Uruguay los tiene­ y desde ahí viajábamos a varios países. Así conocí un poco la región, el idioma, las costumbres. Después trabajé dos años en la Fuerza Aérea chilena como oficial de intercambio. Regresé a Estados Unidos, estuve en el Estado Mayor de Combate Aéreo que está en Virginia. Comandé un Escuadrón en una Escuela interamericana de la Fuerza Aérea en San Antonio (Texas) que da todos los cursos de entrenamiento militar en español. Ahí trabajé tres años. Después fui al curso de Estado Mayor en Brasil ­a veces me sale el idioma portugués también­ me quedé como agregado asistente aeronáutico durante dos años-. Luego, regresé al Comando Sur y trabajé en el Estado Mayor en la División Jurídico Militar, y ahí fui promovido. Fui jefe de esta misma oficina pero en Brasil por dos años. Y fui a Afganistán también.

­¿ Le tocó combatir?

­Sí. Justamente, esa medalla de Estrella de Bronce (señala hacia un rincón de la oficina donde hay una biblioteca; allí sobre uno de los estantes está la condecoración junto a otros diplomas y libros), se gana por circunstancias riesgosas.

­¿Qué misión riesgosa tuvo que realizar?

­Yo era jefe de una misión logística en Bagram, a unos 60 kilómetros al norte de Kabul. Y ahí siempre tenía que salir afuera de la base, y hablar con las tribus. Era bien peligroso.

­Coronel, yendo a lo que es la cooperación con Uruguay, ¿podría aportar cifras y una descripción detallada sobre en qué consiste este tipo de ayuda?

­Uruguay, por su situación, no puede comprar en grandes cantidades. La mayor parte del intercambio, tiene que ver con analistas, especialistas. Normalmente, durante el año, tenemos alrededor de 50 a 100 tipos de intercambios, que son de mecánicos, pilotos. Ejercicios como los realizados hace unos días en Durazno. A veces, van oficiales a Estados Unidos para visitar alguna unidad de aviadores, o del Ejército, a hablar sobre táctica, procedimientos. También trabajamos en los programas de Donaciones de Equipamiento, que es controlada por el Departamento de Estado, y del que nosotros somos responsables de adiestrar el programa. Por ejemplo, los jeeps que recibió Uruguay para Haití, por 2.4 millones de dólares. Nosotros manejamos eso. En caso de ventas militares, son alrededor de 4 millones de dólares en total. No es una cifra importante.

­¿Está previsto que este intercambio se incremente en lo sucesivo?

­Sí, está en un momento de incremento. Por ejemplo, esa donación de jeeps, de dos millones de dólares, es muy significativo, teniendo en cuenta que anteriormente el total de casos FMS (Foreign Military Sale) de ventas militares, ha sido de 3 millones. Los intercambios han aumentado.

­¿ Por qué piensa que han aumentado?

­Porque Estados Unidos ha puesto mucho énfasis en las misiones de paz y Uruguay es reconocido y nosotros valoramos eso, y ayudamos en la capacitación en esa área. Por eso en esa área ha aumentado. Nosotros tenemos mucha experiencia en esta área. Ha aumentado porque las misiones de las Fuerzas Armadas de Uruguay están aumentando. Para nosotros es un intercambio. Nos sirve venir hasta aquí, trabajar en un ambiente diferente, ver como otras personas a veces con no tantos recursos se las ingenian para encontrar soluciones. O van para allá, ven cómo una unidad trabaja, y todo eso. De la otra manera, venimos aquí vamos a Durazno, vamos a un batallón, y vemos cómo ellos trabajan. No es solo capacitación. A veces, es una charla, una conferencia médica. Está por ejemplo, la construcción de una policlínica en Santa Catalina, dentro del programa de Asistencia Humanitaria. Ahora, en lo que tiene que ver con el equipamiento, se trata de ventas o donaciones. En este caso, Uruguay no ha comprado mucho, en buena medida se hace a través de donaciones.

­¿Cuándo comienza el programa humanitario de EEUU hacia Uruguay?

­Tiene más de 20 años. Puede ser que en 2002 se haya intensificado. Pero viene de antes de ese año. En el Departamento de Estado tenemos un programa de desastre, y humanitario, es parte de nuestra misión.

­ ¿Qué casos FMS se han abierto últimamente con Uruguay y cómo es el procedimiento con nuestro país?

­No importa el tipo de fondo que sea, si es del Departamento de Estado o no. El caso FMS tiene un procedimiento para hacer la operación. Todo es transparente, todo el pago, los términos de uso, está escrito, y bien transparente, al país le sirve si quiere comprar en base a ese contrato. Eso en los jeeps, se han abierto últimamente. Desde la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU) ha habido últimamente cartas de pedidos. El procedimiento comienza con el interés del país, por ejemplo, estamos interesados en la compra de 4 helicópteros. Se envía una carta de pedidos, yo envío un precio, y ahí comienza el «caso de FMS». Hay varias cosas que están en curso, hay interés en un buque, pero nada de gran escala, la mayor parte va por el lado del equipamiento con destino para las misiones de paz.

­En términos de ayuda militar, por razones políticas, ésta está restringida. ¿Hay posibilidad de que esa situación se modifique?

­Siempre nosotros hablamos de cooperación, el diálogo es primero entre la oficina de Cooperación y el Ministerio de Defensa. De verdad, hay que llegar a
un acuerdo mutuo. En marzo, vamos a tener un diálogo estratégico, entre la Secretaría de Defensa de Estados Unidos y el Ministerio de Defensa. Estoy seguro que después de esas conversaciones imagino que vamos a aumentar el área de Defensa. Cuando hablamos de aumentar el área de Defensa, no hablamos de venta, de comprar rifles, no es un ejercicio determinado. Es en total. Es intercambio, visitas generales, sea ventas, sea donaciones, equipamientos, ejercicios; hay varias maneras. Los buques de la marina participaron en un ejercicio de defensa del canal de Panamá el año pasado. Fueron a Haití a recoger personal y equipamiento. Esa área es grande. Si se va a aumentar, eso dependerá del acuerdo a que lleguen ambos gobiernos. Mi meta es aumentar la cooperación y que se refleje en las buenas relaciones entre Uruguay y Estados Unidos.

­Haciendo hincapié en ese tema, en la medida de lo que usted pueda decir, porque es un tema más bien político, le quería preguntar ¿cómo opera en la actualidad con Uruguay el «Estatuto de Protección a los miembros de los Servicios Armados» de EEUU?

­Desde que yo estoy aquí, desde agosto, ese tema no se ha tocado bilateralmente. Por lo que yo entiendo, Uruguay no ha provisto esa protección, pero eso no afecta los intercambios militares. Estos se hacen siguiendo las leyes diplomáticas que existen entre las embajadas y el personal en trabajo oficial. Todo militar tiene un cargo oficial en la Embajada.

­¿EEUU insistirá en que se logre esa protección bajo este gobierno?

­Esa es una pregunta para el Departamento de Estado. Porque ellos son los responsables sobre este asunto político. Eso está fuera de mis competencias. Sí, tengo una opinión, pero ese tema no se ha tocado desde que yo he llegado al país. Históricamente, yo digo que la cooperación ha aumentado, los vínculos estratégicos entre los países de Latinoamérica y Estados Unidos han aumentado. Estados Unidos es el origen de millones de dólares que envían las familias que trabajan en Estados Unidos para los países de Latinoamérica. El canal de Panamá es importante para toda la región. El comercio de nosotros más grande es con Latinoamérica. Yo digo que desde la 2ª Guerra Mundial hasta ahora, la cooperación ha sido muy positiva. Y la influencia latina en Estados Unidos es muy fuerte y se ha fortalecido en los últimos años.

­¿Cómo ven a los militares uruguayos en el desempeño de las misiones de paz?. ¿A EEUU le ha tocado hacer algún tipo de evaluación?

-Nosotros no hacemos evaluaciones. Nosotros hacemos intercambios. Yo tengo un oficial en Haití, con la entrega de los jeeps. El está viendo de qué manera podemos trabajar y asistir. No hacemos evaluación. Ahora, nuestra opinión es que las Fuerzas Armadas de Uruguay han hecho un muy buen trabajo en las misiones de paz, con los recursos que ellos tienen. Y por una razón, la propia ONU les ha pedido que lo sigan haciendo. El Departamento de Defensa de EEUU no hacen una evaluación. Apoyamos en aumentar la capacidad de las FFAA en ese tipo de misión.

­¿Cuál es para usted la frontera entre seguridad y defensa y si los militares deben intervenir en asuntos de seguridad?

­Es una buena pregunta. En mi país, esas dos áreas se combinan. En Estados Unidos nosotros apoyamos a las fuerzas de seguridad policial. Los militares no arrestan. Apoyamos a la policía para arrestar al narcotraficante que está entregando drogas. Pero nosotros no tenemos poder legal para arrestar dentro de Estados Unidos. Eso ya viene de una vieja ley del siglo XIX. El militar sí apoya a las fuerzas policiales. A veces, con aviones de radares, helicópteros, siempre en apoyo bajo control civil.

 

ROSADILLA, UN MINISTRO «TRANSPARENTE»

­Coronel, ¿cómo influye en la apreciación de situación el hecho de que en Uruguay gobierne una fuerza de izquierda?

-No influye en nada. Nada. Para nada. No ha habido ningún cambio en la relación entre Estados Unidos y Uruguay. Lo único que puede variar a veces es que cada jerarca tiene su forma de trabajar, yo tengo mi forma de trabajar. Pero no ha habido ningún cambio.

­¿Y el trato con personalidades que están en el gobierno?

-Oficialmente, nuestro contacto es el ministro Rosadilla. Todo lo que hemos tratado con el ministro ha sido excelente y muy abierto y muy amable. Todos mis contactos son excelentes personas. No ha afectado en nada. Pero siempre yo voy a través del Ministerio de Defensa que ha sido muy transparente, muy abierto, ha puesto todo arriba de la mesa.

 

Un A-37 anterior a Vietnam y un carro de la era soviética

­Usted ha recorrido varias unidades militares en Uruguay. ¿Qué impresión le dejó, por ejemplo, el equipamiento de nuestras Fuerzas Armadas?

-Bueno, primero, la impresión respecto de los militares es que son muy profesionales, con mucho espíritu, que quieren hacer un buen trabajo, con buena reputación afuera del país, en Naciones Unidas. Es obvio que el equipamiento está quedando un poco envejecido. Ellos están haciendo lo mejor que es posible con el equipamiento que se tiene. Por eso, la donación de los jeeps era muy importante, porque es un equipo nuevo, que puede mejorar la misión en Haití. Pero lo que yo vi, un avión A-37 de antes de la guerra de Vietnam (1964-1975), un carro de la era soviética, muy viejo. Pero los mecánicos y los militares uruguayos son excelentes, ellos hacen lo que pueden con lo poco que tienen.

 

El 11-S ; Terrorismo, «amenaza transnacional»

­11 de setiembre de 2001. ¿Qué significado tiene para usted? ¿Dónde estaba aquel día?

-Yo estaba en Washington, justamente en un curso de agregados, antes de ser agregado en Brasil. Estaba muy cerca de esa área donde ocurrió uno de los atentados, en una base que está a unas 3 o 4 millas del Pentágono. Y bueno, para cualquier militar, o cualquier persona en Estados Unidos, fue muy chocante. En ese momento, supe que algo iba a cambiar en el mundo. Nosotros, los militares, siempre tenemos una manera de responder, reaccionamos en base a nuestro entrenamiento. Luego, en lo personal, pensamos en nuestra familia, si estaban bien, si nos podíamos comunicar. Uno piensa primero como militar con su entrenamiento, después uno ve el impacto histórico, y sabe que algo va a cambiar en el mundo.

­¿Qué cambió para usted?

­Y, para mí fue Afganistán. Eso cambió. No creo que hubiera ido allí, si no hubieran ocurrido los atentados. Fue una buena experiencia. La misión fue una buena misión, en la que países de todo el mundo participaron. Fue una buena manera de ver la cooperación a nivel mundial. Y la misión sigue. Estados Unidos tiene una característica que es que cuando algo así pasa, se une. Mi familia es de origen dominicano, mi esposa es panameña. Yo nací en Nueva York. Creo que estos atentados nos unieron mucho más como país. Hubo pánico, fue terrible, pero de verdad fue una manera de unirnos.

­Desde su punto de vista, la lucha contra el terrorismo, ¿sigue siendo un desafío para EEUU?

­Sí. Pero creo que para el mundo entero. Un gran desafío, pero en todo el mundo. En Argentina, hubo un atentado terrorista. Es una amenaza transnacional. Ellos no respetan fronteras, de países, hacen lo que quieren.

­¿Ud. está conforme en cómo ha enfrentado hasta ahora el terrorismo su país, tanto en Irak como en Afganistán?

­Yo de verdad, dejo que los expertos den su opinión. Todo el mundo tiene opinión. Nosotros los militares seguimos las órdenes.

 

La caja negra del Air France

En junio de 2009, usted participó en las tareas de rescate de los restos de los pasajeros y del avión de Air France caído en el Océano Atlántico. ¿Cómo resultó esa experiencia?

-Yo participé en colaboración con las fuerzas armadas brasileñas, sobre el rescate, primero de sobrevivientes. Y realizamos miles de horas de vuelo. Yo era coma
ndante de las fuerzas en esa operación. Yo era el agregado de Defensa en Brasil. Después, la segunda fase, buscamos los restos del avión y más importante, la famosa caja negra que no es negra, sino roja. Encontramos restos del avión, restos de personas. Con un equipamiento especial, rastreábamos el mar en busca de la caja negra, a partir de un equipamiento de sonar que está vigente 30 días después del accidente. Al final nunca se pudo encontrar la caja negra, que era bien clave para saber qué causó el accidente.

¿En algún momento se manejó la hipótesis de un atentado?

-No, oficialmente nunca oí eso. Leí en la prensa alguna cosa, pero nada oficial.

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