Asunción. Anunció que contratará a juristas para revisar el ordenamiento jurídico nacional

Lacalle Pou quiere un  Parlamento "austero"

Criticó, prometió, anunció, reivindicó.

También se emocionó, y más de una vez, al observar desde los palcos de honor a sus padres y esposa y al recordar a su bisabuelo Luis Alberto de Herrera en su primer discurso como presidente de la Cámara de Diputados, cargo que ocupará hasta el 1º de marzo del año que viene, día en que lo sucederá un frenteamplista como fruto de una preestablecida mecánica de alternancia. Luis Alberto Aparicio Lacalle Pou asumió la titularidad de esta ala parlamentaria y como tal le correspondió desfilar ayer frente a la guardia del batallón Florida, junto al vicepresidente Danilo Astori, en los actos protocolares del nuevo período legislativo. Lo hizo en medio de aplausos, guiños, besos tirados al aire y vítores de «luisito», «luisito» que provenían de sus seguidores sectoriales envueltos en banderas albicelestes.

Luego de la votación de rigor de cada uno de los 99 diputados, Lacalle Pou fue ungido presidente y subió a la mesa, desde donde comandará las sesiones, casi dando brincos, sin fundirse en abrazos con sus colegas parlamentarios como siempre suele ocurrir con quien recibe tal distinción.

También fue innovador su discurso: breve y sin leerlo. Sólo se apoyó en algunas frases escritas para criticar algunas decisiones adoptadas en el funcionamiento de la Cámara, para prometer una labor parlamentaria más cercana a la ciudadanía, para anunciar que se intentará transmitir por televisión las sesiones de Diputados y para reivindicar la labor política.

«No tengo berretines refundacionales» aclaró antes que nada y agregó que no pretenderá dejar huellas en su gestión, porque «para dejar la huella hay que frenar. Acá se trata de hacer un camino».

En materia administrativa, Lacalle Pou prometió un ordenamiento financiero. «Seré el ordenador primario de gastos; hay que manejar los recursos de Juan Pueblo de manera austera y que las erogaciones no sean un gasto sino una inversión», sostuvo, para agregar que «nos hemos propuesto que se sepa lo que aquí se hace».

Para ello anunció que, ante el evidente desapego de la ciudadanía por el desempeño de los legisladores traducido en la ausencia de público en las barras, «queremos que las sesiones lleguen a la casa de la gente», adelantando que técnicos del Parlamento preparan una licitación para que las sesiones sean televisadas «y la gente sepa qué decimos, qué no decimos, qué callamos, qué no callamos y qué votamos».

A la hora de cuestionar la producción legislativa, Lacalle Pou criticó la tardanza en la reglamentación de las leyes aprobadas por este poder del Estado. Anunció que contratará a juristas para que revisen el ordenamiento jurídico nacional.

Recordó que existen leyes en las que se ha puesto «muchísimo esfuerzo, como por ejemplo la de discapacitados y no está reglamentada».

Otro ejemplo citado es el de la Ley de Vagancia y Mendicidad. «Se aplica en algún balneario y en otros lugares no», aseguró.

También la Ley de Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y la Ley de Estupefacientes, a la que calificó como «contradictoria». «La aceptamos como está o tomamos distintos caminos (pero) el mundo, fuera de estos muros, sigue matando gente con las porquerías que les están vendiendo. Hasta el momento ­dijo- no hemos estado a la altura de las circunstancias».

Luis Alberto Aparicio Lacalle Pou tiene 37 años e ingresó como diputado a los 26. Es casado y tiene tres hijos.

Es abogado y en los 11 años que lleva como diputado llamó a sala a 3 ministros, presentó 128 proyectos de ley, realizó 134 pedidos de informes, 84 exposiciones escritas y 43 exposiciones verbales.

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