Mujica insiste con control  militar en acceso a cárceles

Mujica dedicó su audición radial de ayer en M24 a analizar la situación de las cárceles en Uruguay a raíz del asesinato del recluso Nelson Peña, que se encontraba en el Penal de Libertad, y también a la situación de inseguridad en virtud del homicidio del oficial Juan Morales, ultimado, según afirmó el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, por ser policía.

El mandatario dijo que tuvo que ocurrir un asesinato a tiros en una cárcel para que Uruguay se diera por enterado de que en un centro de reclusión de alta seguridad existe un arma poderosa en manos de presos, en un recinto que se supone está férreamente controlado por las fuerzas policiales.

«Sabíamos que estas cosas pasaban, habíamos tenido indicios y no nos hacíamos los tontos, sabíamos que entraba droga y circulaba y que el peso de estos hechos no puede achacársele a los sistemas de visitas a los familiares», dijo Mujica. Indicó que un cuerpo digno y tan grande como el policial puede tener en su seno, como le pasa a cualquier organismo, alguna falla en alguna persona o funcionario. Por ello recomendó «personal y reiteradamente» al ministro del Interior, Eduardo Bonomi, que el acceso de las personas a las cárceles pudiera ser controlado por las Fuerzas Armadas, es decir por un cuerpo distinto.

Dijo que arribó a dicha conclusión porque es «obvio» que si ingresan armas y drogas a los centros de reclusión es por la puerta, «no es el Espíritu Santo que se cuela dentro de las cárceles y entra droga y armas, pero no podemos estigmatizar ni a los familiares ni al conjunto que compone la Policía, hay una falla de carácter individual frente a la cual no hay receta conocida».

Mujica aclaró que el control militar de las puertas de acceso a las cárceles no significa que la Policía pierda soberanía ni «fascistizar nada», porque «es una medida de seguridad que a la larga van a tener que agradecer los buenos policías y la seguridad en general, empezando por la ciudadanía».

El mandatario añadió que también se necesitan herramientas como los escáneres, «pero la historia demuestra que los más sensibles cuestan mucha plata y se suelen romper», por lo que a su entender, la calidad humana «sigue siendo clave en estas cuestiones».

Mujica reconoció que el gobierno está ante una «emergencia» y que debe encontrarse la forma de «derrotarla».

También recordó que en su momento planteó la necesidad de que personal policial de las cárceles rotara porque no existe en el mundo la vocación de carcelero. «Lo seguimos pensando, aunque no lo podamos instrumentar», dijo Mujica.

A juicio del jerarca, cuando la rutina y el tiempo se combinan con alguna «excepción» de debilidad humana, «la tentación a la corruptela está en cada rincón de una cárcel y la falla termina sepultando todo lo correcto que pueda tener un sistema».

«Tenemos que terminar con los ‘verdugueos’ inútiles, que sólo hacen acumular resentimientos, tenemos que masificar políticas de trabajo y educación en las cárceles, hay que dar oportunidad para la recuperación, sabiendo que hay un margen de gente para la que no existen respuestas de recuperación», indicó.

Por otro lado, dijo que no acompaña la idea referida a que existen barrios en los que la Policía no puede entrar o territorios dominados. «No acompañamos esa visión ni estamos dispuestos a ceder terreno».