Fallo. Mujica aclaró que "lo más fácil es arreglar la plata; si lo otro fuera tan fácil..."

CIDH: Uruguay "hará lo que pueda"

El presidente de la República, José Mujica, dijo que su gobierno hará «lo que pueda» para cumplir con el reciente fallo de la CIDH, por el cual se condenó al Estado uruguayo a «dejar sin efecto» la Ley Nº 15.848, «Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado».

«El gobierno va a hacer lo que pueda; después veremos. Lo más fácil es arreglar la plata, si lo otro fuera tan fácil…», se limitó a contestar el Presidente cuando fue interrogado sobre el tema por la prensa. «¿Pero qué puede hacer el gobierno?», preguntó una periodista. «Y bueno… Hay que preguntarle a los jueces, qué es lo que pueden investigar. No es sencillo», dijo Mujica.

Las palabras del mandatario fueron realizadas tras la ceremonia de entrega de la «Orden de Mayor al Mérito en grado de Gran Cruz» de la República Argentina a la ex subsecretaria de Relaciones Exteriores, y connotada luchadora por los derechos humanos, Belela Herrera, realizada sobre la tarde noche de ayer, en la residencia de la Embajada Argentina en Montevideo.

Mujica participó de la ceremonia en compañía de su esposa, la senadora Lucía Topolansky, y tras unas breves palabras en las cuales reconoció la trayectoria de Herrera (ver nota aparte), dialogó con la prensa, y reflexionó sobre el tema de los derechos humanos y los crímenes de la dictadura. Mujica explicó que en el tema de los derechos humanos «es infinito lo que falta y siempre faltará». «¿Quién dice que los hombres somos justos? Hacemos justicia hasta donde podemos, pero no somos justos», afirmó. Sin embargo, el mandatario aseguró que «hay derechos humanos para atrás y derechos humanos para adelante».

En este sentido, Mujica reflexionó que la salida de la cárcel y vuelta del exilio de «los viejos ‘crá'», supuso la postergación de «toda una muchachada que se había forjado como pudo (…) y que lucharon como pudieron» durante los años de la dictadura.

«Los seres humanos somos muy vanidosos, (y) se hizo una aureola del sacrificio», pero se debería «quitarle decibeles a ese culto del ‘torturómetro’ (sic)». «Otra historia son las verdaderas víctimas, como esa viejita que está ahí (Luisa Cuesta). A mí me tocó perder, quería cambiar el mundo y pagué el precio, pero ¿cuánta gente se comió un garrón?», se preguntó el mandatario.

Empero, «hay cosas que no se pueden cobrar, porque si los derechos humanos existen no se pueden cobrar», ya que «no puedo agarrar a uno y torturarlo». Igualmente, el mandatario estimó que «siempre se puede avanzar» en la investigación sobre los hechos del pasado.

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