Senador Huidobro. "No hay argumento que justifique este disparate"

Renunció por "coherencia política"

La oficializada renuncia a su banca hecha ayer por el senador Eleuterio Fernández Huidobro cayó como un piano de cola sobre la cabeza de todos los integrantes de la Cámara alta. Nadie llegó siquiera a sospechar que el legislador iba a tomar anoche esta decisión.

No obstante, ojos y oídos acostumbrados a la labor legislativa de algunos integrantes de este Poder del Estado hacían suponer que algo iba a acontecer en el preciso momento en que Fernández Huidobro fuera a intervenir en el debate sobre el proyecto de anulación de la Ley de Caducidad (ver nota principal páginas 4 y 5). Huidobro estuvo ausente durante gran parte de la sesión de la víspera, permaneciendo en su despacho escuchando desde allí el desarrollo de la sesión. Su suplente inmediato en la banca, el diputado Carlos Gamou, iba y venía por el ambulatorio hablando acalorada e incansablemente por teléfono. Y, días atrás, alguien comentó que el senador de la CAP-L había estado informándose y recabando datos burocráticos en la administración del Senado, relativos a la posibilidad de dejar su banca. Estas señales no habían sido percibidas por ninguno de sus colegas, a tal punto que el anuncio del senador Fernández Huidobro de abandonar su condición política era ignorada por todos. La propia senadora Lucía Topolansky confesó a un legislador que la noticia la tomó por sorpresa pero que valoraba la gallardía con que tomó la decisión y la expresó públicamente en sala. El presidente Mujica (ver nota aparte) también se hizo presente en el despacho del legislador renunciante. Al presidente, un senador lo había puesto en conocimiento de la noticia minutos después de haberse hecho pública. En Diputados, la noticia llegó como un soplo y generó que una andanada de representantes frentistas cruzara de punta a punta el edificio Legislativo para recabar más información o, llegado el caso, hablar con el senador renunciante. Huidobro dejó sentada su posición de votar el proyecto y de renunciar a su banca en los próximos días, una vez que su decisión sea transmitida en el seno de su sector político. Dijo esto y se retiró a su despacho de donde salió varias horas después para votar la iniciativa. A su oficina se acercaron varios legisladores de todos los partidos políticos. El primero en llegar fue el senador Jorge Larrañaga. «Fui a abrazarlo y a desearle suerte», comentó a este diario «y él me dijo, ya nos vamos a ver por ahí, guapo». En declaraciones exclusivas para LA REPUBLICA, luego de una conferencia de prensa, Fernández Huidobro dijo que renunciaba por «coherencia política». Agregó que considera que no puede salir a la calle, luego de haber juntado firmas y convocado a más de un plebiscito en los cuales no se logró la mayoría, por lo cual su renuncia es indeclinable. «Más allá de coincidencias o discrepancias, se trata de acatar el pronunciamiento popular o en su defecto llamarlo nuevamente en consulta», dijo. En su discurso afirmó que iba a respetar las mayorías y que por disciplina partidaria iba a votar personalmente el proyecto presentado por el FA, pero que «para respetar mi libertad» renunciaba a su banca como senador. «Acatamos, la disciplina partidaria, aunque nuestra fuerza política, la CAP-L aún no ha sido aceptada dentro de la estructura orgánica del Frente Amplio, para lo cual estamos recolectando firmas». El líder de la CAP-L sostuvo que al menos ahora se tuvo la oportunidad de discutir este proyecto de Ley modificado que antes, con otra redacción había sido votada en Diputados. Sin embargo, el Senado precisó que este proyecto está lleno de defectos y probablemente «y ojalá me equivoque será cuestionado ante la Suprema Corte de Justicia por inconstitucional». Recordó que «nuestra histórica corriente política votó en 1984 en minoría contra el Pacto del Club Naval y también en aquel entonces acatamos las mayorías». También advirtió que las expectativas de mucha gente que apoya este proyecto se van a ver defraudadas y admitió que dentro del FA no se aceptó la posición de la CAP-L para convocar a un nuevo plebiscito una vez aprobado el actual trámite parlamentario para el cual el FA tendría votos suficientes. «No hay argumento que justifique este disparate», dijo Fernández Huidobro. Anunció que en los próximos días se va a convocar a la dirección de la CAP-L para presentar su renuncia y preguntado si ella era indeclinable, respondió afirmativamente. Aclaró que por el artículo 115 de la Constitución basta un tercio de votos en el Senado para aceptar su dimisión, por lo que no necesita ni siquiera los votos del FA, aunque dijo que tenía la esperanza que sus compañeros le voten su pedido. Anoche, aceptando el mandato de disciplina partidaria de Frente Amplio, Huidobro sumó su voto al del Frente Amplio, en contra del proyecto de ley interpretativo.

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