Menos. Disminuyó la detección de casos en militares uruguayos que vuelven de misiones de paz

Brenta espera una respuesta de Rosadilla por aplicación de test de HIV en el Ejército

El ministro de Trabajo, Eduardo Brenta, está a la espera que el Ministerio de Defensa le transmita los argumentos utilizados para solicitar el test de HIV a quien pretenda ingresar al Ejército. Ayer, el ministro Rosadilla aclaró que no se trata de una discriminación sino de protección de la propia persona.

Tres decretos aprobados en el gobierno de Luis Alberto Lacalle habilitaron al Ministerio de Defensa a exigir la realización del test de HIV para las personas que ingresan al Ejército Nacional.

También en el Ministerio del Interior, se llegó a solicitar dicho test para ingresar como policía.

El comandante en Jefe, Jorge Rosales, señaló en la conferencia «La Mujer en el Ejército Nacional» desarrollada el miércoles por la noche, que la exigencia del test HIV para los aspirantes no se trata de una discriminación, sino debido a que las personas portadoras, por su enfermedad, tendrán dificultad para desarrollar las exigencias físicas que implica esta tarea.

Anoche, el ministro Luis Rosadilla aclaró que: «Un ciego no puede conducir un auto; esto es lo mismo».

Enfatizó que una persona portadora puede sufrir un raspón o una lastimadura. «No hay discriminación alguna sino que es para proteger a la persona», precisó el titular de Defensa.

En tanto ayer, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Eduardo Brenta informó que sigue esperando una respuesta desde dicha secretaría de Estado. A principio de año, al enterarse que se pedía el test del HIV a los aspirantes, hizo una gestión para que las autoridades explicitaran formalmente cuales fueron los argumentos utilizados para exigir dicho requisito.

El titular de Trabajo, informó que está concluyendo un informe jurídico de la Inspección Nacional de Trabajo sobre denuncias que también en el sector privado se estaría pidiendo el test de HIV como condición para ser empleado.

En el caso específico del Ejército, Brenta dijo que el diputado nacionalista José Carlos Cardoso llevó al Parlamento la denuncia de este caso.

Recordó que nuestro país está regido por los convenios internacionales y las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Dijo que existe una Ley de Protección de Datos Personales, aprobados en el período anterior y Leyes contra la discriminación.

Aclaró que se debe de luchar para eliminar los casos de discriminación en el mundo laboral. Indicó que el año pasado fue firmada una recomendación sobre el HIV en el trabajo.

 

Hablan portadores

La presidenta de la Red Uruguayas de Personas con HIV, Laura Pérez, señaló que tiene conocimiento que hace tiempo que tanto en el Ministerio de Defensa como del Interior se exige el test como condición para ingresar a estos organismos.

Agregó que también tiene conocimiento que se pide en el ámbito privado y puso como ejemplo el caso de una cadena de comida rápida. Dijo que la legislación permite a los empresarios a determinar si físicamente la persona está en condiciones de ingresar a un trabajo. En el caso específico de la cartera de Defensa, lo catalogó como una «discriminación». Dijo que no es lógico que se impida el ingreso al Ejército y que se debería de considerar caso a caso, «ya que hay gente que está en condiciones de cumplir con cualquier tarea, más allá de ser portador.»

Fuentes del Ejército manifestaron ayer que uno de los motivos por las cuales no se permite el ingreso de personas con HIV es que están impedidos de participar de las misiones de paz. Señalaron que las Naciones Unidas no autorizan que los efectivos integren los contingentes si tienen problemas sanitarios. Las autoridades uruguayas aducen que el no permitir el ingreso obedece a que la tarea del militar requiere de un mayor esfuerzo físico.

Actualmente, existe en la FFAA, personas con HIV pero por estar en esta situación no pueden participar en los ejercicios de adiestramiento. Sostienen que no hay efectivos que tengan esta enfermedad en el personal combatiente y sí en los cargos administrativos.

Sin embargo, fuentes del Poder Ejecutivo revelaron que los casos positivos dentro del ejército fueron disminuyendo ostensiblemente en los últimos años. Cada vez que un contingente uruguayo regresa a nuestro país de una misión de paz se le practica el test de HIV. Del último grupo que regresó de Haití, a todos los efectivos les dio negativo.

 

«El tema requiere de un debate en la sociedad uruguaya»

El presidente de la Sociedad Uruguaya de Infectología (SUI), Pablo Cappuccio, admitió que la participación de las personas con HIV en el Ejército es un tema delicado. Explicó que en las tareas administrativas no habría inconvenientes para que cumpla su función, siempre y cuando, los portadores no tengan un alto grado de inmunidad.

Aclaró que lo primero que se debe tener en cuenta para una persona HIV es que se trata de una enfermedad crónica y que pasa por distintas etapas. Precisó que un portador puede poseer una inmunidad similar a un negativo. No obstante, hay otros casos con un grado avanzado en la enfermedad donde existe un mayor riesgo de transmisión al entrar en contacto con un tercero. Por lo cual ejemplificó que no es conveniente que trabajen en el área de la salud, ya que estas personas están expuestas a las enfermedades oportunistas.

En el caso específico de militares con HIV, Cappuccio dijo que puede generar dudas la presencia de estas personas que estén al frente de la línea de ataque, exponiéndose a sangrados y a afectar a terceros. «Allí se debería suponer que hay mayor riesgo de transmisión de la enfermedad», acotó el doctor.

Reconoció que se trata de un tema no resuelto y que no hay una opinión uniformizada, ya que existen temas legales a revisar a nivel nacional e internacional.

Sobre el argumento del Ejército acerca que las personas portadoras pueden ser afectados por los esfuerzos físicos que requiere la actividad militar, Cappuccio se preguntó: «¿Acaso, Magic Johnson no jugaba al básquetbol siendo portador?».

No obstante el propio profesional reflexionó que un militar al frente de la batalla está expuesto a otro entorno, desde el propio stress y las condicionantes alimentarias y climáticas.

El presidente de la SUI, admitió que este tema necesita un debate entre la comunidad científica, abogados y los propios portadores.

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