Firme actitud del Presidente ante manifestaciones del militar de tono político

Batlle relevó al general Fernández

Las sanciones, dispuestas por los comandantes de las tres armas, implicaron el cese inmediato en sus funciones y el arresto a rigor por quince días que cumplirá en su domicilio. Transcurrido el período, el militar podrá ser derivado a cumplir una nueva función o «quedar a la orden» sin destino. Según anunció anoche el ministro de Defensa, Luis Brezzo, Fernández terminará su carrera militar en alguna repartición de dicha secretaría de Estado. El general Raúl Villar fue propuesto para sustituir a Fernández al frente del Esmaco, sin perjuicio de su actual función como comandante de la División de Ejército I. Fuentes castrenses confirmaron que existe «absoluta calma» en el Ejército y que la sanción fue recibida «sin sorpresa» por el resto de los oficiales generales.

En una entrevista publicada por Búsqueda, Fernández advirtió que el Ejército «a la larga o a la corta» tendrá que «pelear de vuelta» y sostuvo que la situación en el país «está pasando de claro a oscuro». No obstante, ayer por la mañana, el militar amplió sus dichos a través de una entrevista radial (ver página 3).

Manuel Fernández, un militar cercano al ex presidente Luis Alberto Lacalle, es un connotado integrante de la legión Tenientes de Artigas. No obstante, integrantes de este grupo manifestaron a LA REPUBLICA que no compartían los dichos del general destituido. Fernández fue promovido al generalato por el doctor Lacalle en 1993 y pasará a retiro en febrero del año próximo. Su anterior destino había sido al frente del Comando de Apoyo Administrativo.

A principios de los años setenta, Fernández era subcomandante, con el grado de mayor, del Regimiento 7º de Caballería con sede en Santa Clara de Olimar (departamento de Treinta y Tres). Personalmente, según testigos, ordenó interrogatorios con prácticas de tortura y apremios físicos. El jefe de la unidad en ese momento era el teniente coronel Roberto Silva.

«Desahogo»

El ex presidente Julio María Sanguinetti calificó como un «desahogo» las declaraciones de Fernández, y aseguró que las mismas no entorpecerán las acciones que lleva adelante el actual gobierno para encontrar una solución al tema de los desaparecidos.

A la salida de la reunión mensual de su sector, el Foro Batllista, Sanguinetti opinó que Fernández no representa un grupo dentro de las Fuerzas Armadas, aunque reconoció que en el pasado sí estuvo vinculado a uno. Por su parte, el vicepresidente de la República, Luis Hierro, evitó dar una opinión sobre el caso en concreto, y llamó a tener «la máxima discreción» en este tipo de temas. «Hay que hablar poco porque si no, no es posible crear el ‘estado del alma’ del que habla el presidente Batlle. En este caso, el silencio es un buen compañero».

El «enemigo»

En la entrevista de Búsqueda, Fernández aludió reiteradamente a la izquierda; dijo que el «enemigo tiene por doctrina la vieja doctrina marxista leninista» y que su política «es la continuación de la guerra por otros medios».

Aseguró que en el país «no hubo cese de hostilidades» y respondió «no sé» al ser interrogado sobre si el presidente Batlle se va a hacer eco de ese «enemigo». Fernández calificó de «bastante interesante» el manejo de Batlle con respecto al tema de los desaparecidos pero señaló que «a la mayoría de los militares nos importa un pito como viene la mano». «A la larga o a la corta vamos a tener que pelear de vuelta», sentenció el militar. «Ya la cosa está pasando de claro a oscuro. Ya hemos dejado muchas pilchas en el apero por el camino. Está la enseñanza entregada, están todos los gremios en manos del enemigo, así que esto es caótico y hay muy poco para hablar», agregó Fernández.

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